Opinión

Barrio do Cura, por ejemplo

Barrio do Cura no se va a urbanizar mañana ni pasado pero al menos sabemos que hay detrás una empresa con solvencia para poner en marcha su desarrollo. Al parecer, ahora se fija en el horizonte de 2023, tan lejos que suena increíble. Hay miles de ejemplos, algunos bien cercanos, de fechas garantizadas que no se cumplieron ni de lejos, y la alta velocidad es paradigma. Pero no perdamos la fe: que una firma con capacidad y respaldada por la banca internacional se haya hecho con los terrenos supone la mitad del asunto, el económico y financiero. Queda la otra parte: el desarrollo urbanístico, que en Vigo es un calvario absoluto, deprimente y cansino esté quien esté al frente de la nave. Hay varias causas, y una de ellas sería la superposición de administraciones, cada una con su propia lógica y procedimientos; otra, la lentitud administrativa y un garantismo que conduce a la melancolía. En sentido contrario, tenemos un ejemplo en Portugal, donde al menos la intervención de la Troika europea sirvió para eliminar barreras y aligerar trámites. En Valença, lo contaba en este diario hace unos días su alcalde, desde que una compañía trata de hacer una inversión en la construcción de una nave o una planta hasta que inicia las obras pasan meses y sin por ello violentar la legalidad. En Vigo, años, y también hay ejemplos sobrados de todo ello: hoy mismo el delegado de Zona Franca, David Regades, plantea realizar algunos ajustes en los polígonos industriales y poner en marcha proyectos ya planteados por la anterior delegada, Teresa Pedrosa: algunos llevan años tramitándose, como el centro gastronómico y la ciudad del transporte. Regades dice lo que Pedrosa: que urge y hay que desarrollarla en el entorno de Vigo. Después de tantos años, nada es seguro. Barrio do Cura tiene inesperados inquilinos 14 años después de iniciar el proyecto. Continuará...

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