Opinión

Areal, segunda parte

Toda la música suena parecida: un movimiento antiportuario en marcha, la autoproclamada asociación Defensa da Ría por el medio y mucha información confusa para alimentar el lío. Veamos: la Autoridad Portuaria en terrenos que son desde hace décadas de su jurisdicción pretende utilizar una plataforma para almacenar contenedores, lo que en sí mismo no supone ningún problema para nadie. El tránsito de camiones, que podría resultar molesto, se solventaría con un acceso nuevo bajo la vía del ferrocarril que beneficiará no sólo al Puerto sino también a los vecinos del entorno. Y así el Puerto vigués podrá seguir sin colapsos, aprovechando además una inversión realizada hace años y que no ha funcionado precisamente por la mala previsión a la hora de la conexión con la carretera. ¿Entonces, cuál es el problema?
Al lado de la plataforma se encuentra el centro expositivo Meirande y los restos del castillo de Rande, único testigo real de la batalla que todavía queda en pie y que ha sido maltratado no sólo por el paso del tiempo sino -sobre todo- por la construcción del puente sin tener en cuenta el mantenimiento de la fortaleza. Con la ampliación del viaducto ha quedado entre los pilares. Los arqueólogos ya avisaron sobre lo que pasaría... Todo este conjunto quiere utilizarlo Redondela aprovechando su enorme valor histórico y su emplazamiento en la Ensenada de San Simón, que forma parte de la Red Natura como un espacio privilegiado a conservar. Así debe ser, pero querer acabar con la zona portuaria no va a beneficiar a nadie. Sería como tratar de recuperar en su totalidad la playa de Guixar o la de Coia, levantando los muelles.
Tampoco a los vecinos de Redondela, que pueden alegar lo que pasó hace unos años en Areal, donde se paralizó la ampliación a instancia de un recurso lanzado desde el propio ayuntamiento y que tardó cinco años en resolverse en el Tribunal de Galicia. Recurso que iba acompañado de una intensa campaña mediática en contra de dicha actuación, equiparada a una plaga. Finalmente se construyó el muelle: tarde, más pequeño de lo previsto y más caro, debido a la instalación de pilotes, lo que ha llevado a que la plataforma sea inútil para grandes cargas. Vigo sin puerto simplemente no existiría. Pero con decisiones como ésta, o la falta de apoyo a inversiones en proyectos de ocio, el Vigo metropolitano decaerá inevitablemente. Continuará...

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