Opinión

Aquel oscuro Vigo de 1978

Hace 40 años, cuando se aprobó la Constitución actual, Vigo no era Vigo. O para ser precisos, lo era mucho menos. Y no sólo por población, que también. En 1978, esta ciudad ya era la mayor de Galicia, liderato que alcanzó a principios de los sesenta y mantiene desde entonces. Según el censo municipal, la Muy Leal 1978 contaba con 255.00 habitantes, unos 40.000 menos que hoy. Pero eso no es lo más llamativo: aquella ciudad carecía de servicios que hoy damos por descontados y era más fea y oscura. No había Universidad, que no llegaría hasta 1988 con el decreto aprobado por Laxe en la Xunta. Para pagar una multa había que desplazarse a Pontevedra, y por carretera, que aunque el puente de Rande ya era visible la autopista no llegaría hasta 1981 y sólo en el primer tramo, hasta la Boa Vila. Para el resto hubo que esperar hasta los noventa. Ni hablar de ir a Madrid: en coche llevaba mínimo 8 horas, dos y media para alcanzar Ourense. El avión existía, pero Peinador apenas pasaba de aeródromo. Por supuesto no había la red de túneles que se comenzaría a desarrollar a principios de los noventa en Travesas y plaza de España, con Abrir Vigo al Mar como principal obra, la que ha cambiado la imagen de la ciudad y la vida de sus vecinos. En definitiva, era otro Vigo y no mejor. 
Curiosamente, en 1978 Vigo ya tenía plaza de la Constitución, pero no la de ese año, sino la de 1812, denominación oficial que incluso durante el franquismo se respetó, lo que no dejaba de resultar una cierta ironía histórica. Antes había sido la plaza mayor o de la Villa, hasta la Reconquista y la elevación del rango a Ciudad Leal y Valerosa (lo de Fiel es otra historia).

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