Opinión

Viguesas que hacen camino

Poco a poco algunos vigueses van sacando la cabeza fuera de la Muy Leal   para colocarse en puestos de decisión. Es justo lo que no ha ocurrido en esta ciudad a lo largo de su historia: con muy pocas pero relevantes excepciones, Vigo se ha comportado como si el poder político no existiera. Fue fue un error: sólo gracias al cuatro veces ministro Elduayen se construyó el puerto, clave para el desarrollo de la ciudad en todos los ámbitos. 
La clase dirigente empresarial viguesa pensó -quizá con razones- que no tenía tiempo para meterse en el fango de la política. En cambio, en la Boa Vila se cree todo lo contrario y ahí están los resultados: es la capital y da nombre a la provincia pese a compartir espacio con Vigo y eso gracias a los manejos en la Corte en el siglo XIX, muy efectivos. 
Hoy en día, el presidente del Gobierno y la ministra de Fomento tienen residencia a orillas del Lérez, seguramente un caso único en la historia de España de que una ciudad tan pequeña cuente con semejante "producción" de tan alto nivel. Y no sólo en el PP. Hace poco también era el portavoz del BNG vecino de Pontevedra e incluso el delegado del Gobierno con el PSOE, Antón Louro, hoy relegado a un papel marginal en el ayuntamiento donde ha echado el ancla Lores, quien anunció que optará a prolongar su régimen: serían 20 años seguidos. Una barbaridad.
En Vigo, Irene Garrido se marcha a dirigir el ICO, la banca pública. Un cargo muy relevante. Allí anda Lucía Molares, en el desarrollo del suelo. Y Marta Fernández Currás, encargada de realizar los Presupuestos del Estado. Viguesas que hacen un nuevo camino.

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