Opinión

un problema incomprensible

Vigo tiene muchos y graves problemas, algunos con solución, otros parece que no y otros incomprensibles. En esta última clasificación habría que incluir el famoso PIF de Guixar, un puesto fronterizo que no tendría que haber salido nunca de su oscuro anonimato como un puro trámite administrativo. Pero no es así. Debido a causas conocidas pero irresolutas hasta el momento, se ha convertido en un auténtico agujero negro. Con razón o sin ella, empresarios de Vigo y también de Madrid y Cataluña han decidido  desviar sus importaciones por otros puertos para evitarse la ruleta del PIF vigués, donde en ocasiones no tan contadas han quedado paralizadas partidas con alimentos o contenedores por asuntos sólo comprensibles para la burocracia.  La realidad es que los inspectores de Sanidad de Vigo plantean obstáculos para validar la entrada de pescado congelado o alimentos frescos y sus colegas de otros puertos no lo hacen. En conclusión, los importadores optan por otras ciudades para que la mercancía esté a tiempo en los mercados. Todo muy lógico y muy absurdo a la vez. Parece que se puede solucionar. No sería la primera vez que se da por arreglado. Y no.

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