Lo s datos calientes señalan con cierta precisión lo que Vigo puede perder si no activa con cierta urgencia sus propias previsiones, las de su Plan General, aprobado por mayoría de la anterior Corporación municipal. Es el proyecto de desarrollo de la ciudad, trazado por el BNG, avalado por el PP y finalmente modificado por el PSOE de forma puntual en 2008. Dicho documento, que lleva la firma del grupo nacionalista -la idea inicial fue de Lois Castrillo, cuando era alcalde- contempla entre sus preceptos la reserva de un espacio entre Puxeiros y Peinador, el área conocida como Liñeiriños, en la parroquia de Cabral, para la instalación de una gran superficie con la idea que se pueda poner en marcha la ordenación de los terrenos en el primer quinquenio... que ya ha sido superado. Por tanto, la petición que hace Eurofund de instalarse en Vigo responde a que la empresa ha visto las indicaciones del Plan General y ha dado por válido el lugar señalado por el propio ayuntamiento vigués.
En definitiva, que Vigo pueda contar con un gran complejo comercial y de ocio no es sino consecuencia de su tamaño, de su ubicación en el centro de la eurorregión y de las propias disposiciones, que convierten a la ciudad en un objetivo interesante para una inversión multimillonaria que tendrá que ser autorizada en el Reino Unido.
Vigo, hasta el momento, parece haberse comportado como si la oferta de Eurofund fuera más bien una agresión. No puede sorprender en un municipio donde la ampliación del puerto conllevó una brutal campaña orquestada desde el Concello y el periódico de enfrente. Por fortuna fracasó y así pudo llegar el "Oasis of the Seas" y ganar más tráficos de contenedores y mercancía general.
La única respuesta positiva -tras la bronca de los comuneros y la lentitud de Urbanismo- fue el acuerdo PSOE-BNG en un pleno apoyando el desarrollo de Liñeiriños. Valió para que Eurofund no decidiera darse la vuelta y llevar la inversión a otro punto. A Mos, por ejemplo, que con toda la legitimidad insiste a través de su alcaldesa para llevarse Porto Cabral. Daría el mismo servicio a Vigo (y tendría los mismos inconvenientes), pero la ciudad perdería millones. Lógicamente, mejor Mos que Oporto.
