Opinión

Porto cabral, una inversión necesaria

Hay  pocas alternativas.  O se construye en Vigo o se va a una ciudad próxima

Porto Cabral es una gran esperanza para Vigo. Y no me refiero no sólo al empleo que puede crear, sino para la propia consideración de la Muy Leal como una gran ciudad, por tanto con toda clase de dotaciones. No sólo administrativas o judiciales (véase el debate sobre la demarcación  de los tribunales) sino de cualquier tipo, y entre ellas no las menores las referidas al turismo. Oporto o A Coruña se han convertido en sendos imanes gracias a sus respectivas estrategias comerciales que incluyen en el primer caso la explotación racional del Duero y de la propia ciudad y en el segundo su red museística y de contenedores culturales, herencia de Sir Paco y su proyecto de ciudad-estado autosuficiente que con su marcha/huida comenzó a flaquear. Vigo no puede ser solo una urbe industrial, pesquera o incluso ahora volcada en la tecnología, sino también un lugar para conocer. Está la Ría y sobre todo las Cíes, cierto, pero no resulta suficiente para sostener durante todo el año una oferta de peso. Otras ciudades lo han visto claro y la apuesta coruñesa es un claro ejemplo de ello. También lo ha hecho Zaragoza con Puerto Venecia y con enorme éxito, hasta el punto de que el parque gemelo de Porto Cabral se ha convertido en el mayor  atractivo turístico de Aragón. 
En el caso vigués no tiene por qué no ser igual. Es mucho lo que tiene que ganar la Muy Leal y poco que perder y en ello incluyo el comercio local, siempre tan temeroso. Porto Cabral plantea un modelo muy distinto y quizá sirva más de ayuda que de látigo. En todo caso, la alternativa es que Vigo se quede sin una inversión de 500 millones de euros que puede crear hasta 3.000 puestos de trabajo directos. Eurofund cogería su plan y se iría a otra ciudad, quizá a Oporto o Viana para montar su negocio, al que miles de viguess acudirían lamentando no tenerlo en el alto de Puxeiros. 

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