Volvamos sobre ello tras los escalofriantes datos que acaba de proporcionar el presidente del Gobierno en la cumbre autonómica: en sólo nueve años, la recaudación por impuestos se redujo en 20.000 millones de euros, pero en cambio ha crecido en 40.000 millones el gasto por pensiones. Un desequilibrio agudo que se ha convertido en un serio problema en toda Europa. En Francia, por ejemplo. En España y más en Galicia.
Y también ahora en Vigo, donde la realidad marca una constante caída de la cifra de habitantes desde 2012 y al mismo tiempo un fuerte envejecimiento al producirse la tormenta perfecta: hay más fallecimientos que nacimientos porque los más jóvenes no encuentran empleo en la Muy Leal y miles de ellos emigran cada año, buena parte a Madrid, otros al extranjero. Y son los mejores, bien preparados, los que tendrían que construir Vigo. Por idéntica razón, la llegada de inmigrantes, bien de otras partes de Galicia o España o del extranjero, se reduce.
Y la conclusión final es que Vigo ya está infectado del mismo mal que el resto de la Comunidad Gallega. Y las proyecciones realizadas por los institutos oficiales resultan sombrías: desertización, ruina y más jubilados y menos jóvenes en el interior de Galicia, con la consiguiente caída en picado de la población, y el mismo proceso en ciernes en la franja atlántica. Todo el territorio de Ourense, según los datos que manejan los institutos oficiales, tendrá dentro de 15 años menos residentes que la ciudad de Vigo, también en declive. Continuará...
