Una delegación de europarlamentarios se encuentra de gira por Vigo, y entre ellos el socialista José Blanco, que fue número 2 del PSOE de Zapatero y su segundo ministro de Fomento, sin duda bastante mejor que su antecesora, la inolvidable Magdalena Álvarez. Pero fue en ese preciso momento, con Blanco, cuando se tomó una decisión nefasta para Vigo al fijar el puerto de A Coruña como nodal, principal en la red europea, en tanto que el de Vigo quedaba relegado a secundario. Cierto que su efecto práctico puede reducirse por otras circunstancias, como la existencia de una autopista del mar, pero el mal está hecho: en las clasificaciones de la Unión Europea el puerto vigués figura de segunda y los de A Coruña y Oporto-Leixoes, de primera. Y eso no sale gratis. De entrada hay un daño enorme en la imagen de Vigo que se puede fácilmente comprobar echando un vistazo a los mapas oficiales de las terminales marítimas europeas. En Galicia, sólo A Coruña aparece al nivel de los grandes puertos comunitarios. Otras consecuencias llegarán con la petición de ayudas y fondos, que se conceden en función de criterios, entre ellos uno muy relevante la categoría de la autoridad portuaria.
José Blanco nunca dio explicaciones de por qué lo hizo. Su entonces número 2, Fernando González Laxe, que presidía Puertos del Estado, sí dio algunas, poco convincentes pero al menos con una base. Laxe, más técnico que político, aseguraba que era una cuestión de tonelaje movido y de la ausencia de un servicio ferroviario de mercancías de relevancia. En efecto, Vigo mueve muchas menos toneladas que A Coruña, pero el valor de la carga en Vigo multiplica por cinco o seis a la terminal coruñesa. En cuanto al tren, ni el vigués ni el coruñés suman grandes dimensiones. De todas formas, González Laxe hizo algo tan grande por Vigo como crear su universidad que se le podría perdonar que primara a Coruña, de donde es natural y vecino.
Pero José Blanco, más político que técnico, se limitó a pedir excusas. Primero dijo que había sido un error, luego que una equivocación, luego quiso que nos olvidáramos. Las decisiones tienen consecuencias. También para Blanco.
