La Autoridad Portuaria de Vigo votó a favor de liberar una importante partida, más de 100 millones de euros, para que su homólogo ferrolano pueda poner en funcionamiento su terminal exterior. Que existe hace años, justo frente al puerto coruñés, pero no funciona como muelle de contenedores. Entre otros motivos, porque carece de conexión ferroviaria.
No es la única razón: el puerto ferrolano no reúne las condiciones del vigués y no puede garantizar su operatividad los 365 días del año, aunque su ubicación resguardada al sur le da cierta ventaja frente a la Punta Langosteira coruñesa.
Pero no perdamos de vista el fondo del asunto:Ferrol quiere traer contenedores, lo que supone abrir una competencia directa con Vigo. Los intentos han fracasado, aunque su Puerto incluso adjudicó la gestión de la plataforma a la misma empresa de Leixoes-Oporto, lo que supone una declaración de intenciones muy evidente.
Pese a todo ello, la Autoridad Portuaria de Vigo votó a favor de la concesión del líquido suficiente para poder construir la conexión ferroviaria. Ha hecho bien, aunque puede tener consecuencias a medio y largo plazo. Ya las hay con Marín, cuya terminal se ha puesto en marcha sobre un relleno que los tribunales consideran ilegal. Continuará...
