Opinión

Pablo Iglesias pisa fuerte

La crisis en España sigue traduciéndose en paro, pobreza, desigualdad, recortes y endeudamiento, que son problemas comunes a millones de personas. Su malestar, incrementado por la corrupción generalizada, se traduce en dos cambios políticos importantes: uno común a toda España, aunque más atenuado en comunidades con fuerzas política propias, que es el nacimiento de Podemos, y otro, el cambio de criterio sobre la política territorial, que da lugar al crecimiento del independentismo en Cataluña y a una tendencia recentralizadora en otras partes de España.
Podemos ha sabido aglutinar a los más afectados por la crisis, empezando por dar cauce político al 15-M, y lo ha hecho con un diagnóstico certero de la situación política, que combinó con la descalificación de los partidos tradicionales, con graves casos de corrupción. Apenas se conocen las líneas programáticas de Podemos, por lo que es difícil asegurar si están preparados para gobernar, pero lo que es evidente es que tienen millones de seguidores.
Pablo Iglesias, un profesor universitario, es su líder, y tras su elección como secretario general concentra todo el poder, junto a un grupo formado por Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Juan Carlos Monedero y Luis Alegre. Sus economistas de referencia son Vicenç Navarro y Juan Torres, autores de un cuadro estratégico para Podemos, que tampoco considerarse un programa económico.
El gran objetivo de Podemos es ganar las elecciones generales. Por eso decidió no concurrir a las elecciones autonómicas y generales con su propia marca, una forma de mantener su ambigüedad calculada. La selección de líderes en las grandes ciudades y, por tanto, de candidatos en todas las provincias servirá para medir la credibilidad del proyecto de Pablo Iglesias, toda una amenaza para el PSOE, cuyo espacio pretende ocupar, y un posible factor de incomodidad para el PP, cuya mayoría absoluta podría pasar pronto a la historia de la democracia española.
Podemos ha venido para quedarse, no ya como los pequeños partidos -IU o UPyD-, sino como alternativa a las fuerzas que han venido alternándose en el poder: PSOE y PP. Si, como pretende, logra forzar un proceso constituyente, podría erosionar todavía más a los que ya son sus adversarios: populares y socialistas. En Podemos se consideran la escoba de la corrupción pero al paso que van pueden ser mucho más que eso. Hay partido. 

Te puede interesar