Opinión

Una elegante retirada

Lo hemos dicho varias veces en estas mismas páginas e incluso se ha publicado un editorial incidiendo en el tema. Estamos en un cambio de ciclo y era hora de que Mariano Rajoy Brey diese un paso a un lado para dejar esa jaula de grillos en que se ha convertido últimamente el PP. Lógica retirada la del registrador de Santa Pola. Aún estamos lejos de conseguir la perspectiva que da el tiempo para juzgar su presidencia que, sin duda, habrá tenido fallos pero que también, eso creo, algunos logros que de manera imparcial habrán de reconocérsele, sobre todo en una época de crisis que económicamente ha encauzado. En esto, al menos, ha dejado España mejor de lo que la ha encontrado. Sin embargo ha estado lejos de lograr una paz social y de solucionar el tema catalán. Ha dejado un país más dividido y sobre todo encrespado y esto es cierto sin saber utilizar la mayoría absoluta que tuvo.
Dicho lo anterior, y así lo ha reconocido el líder de Podemos, Mariano Rajoy es buena persona. Las imputaciones han salpicado a otros directamente y a él únicamente por ser presidente de la formación politica. Con todo, visto el panorama lo mejor para él, para su partido y para España ha sido su retirada. Pero nobleza obliga y hay que reconocer que su retirada ha sido ejemplar y sería interesante que se subrayase. Sin disfrutar de un merecido descanso y unas legales vacaciones, se ha incorporado de inmediato a su lugar de trabajo para lo que obtuvo el número uno de su promoción, sin dudosos masters… Y lo ha hecho de manera elegante, como un señor, sin aspavientos y dejando que su partido cueza las habas que crea necesarias en el próximo congreso popular. Sin intromisiones inoportunas ni digitales nombramientos.
Además, y esto es muy meritorio, ha renunciado a todo cuanto le pertenece por el puesto que ocupó en la politica. Ni va a ir al Consejo de Estado ni percibir emulumentos y asistencias que le pertenecen legalmente. ¿cuántos hasta el momento han hecho lo mismo en esta nuestra democracia? Todos sus críticos y detractores, autoproclamados ¿están dispuestos a hacer lo mismo y a cumplir cuanto en sus programas propugnan? O acaso una cosa dicen en la oposición y la contraria en el poder? Esta es la realidad que objetivamente es necesario resaltar.
Por otra parte, siendo coherentes, esta debiera ser la actitud de cuantos dejan la politica. Volver a su lugar y profesión de origen y hacer mutis por el foro sin seguir incordiando. Esto sería lo correcto y, cumpliéndolo, se produciría la verdadera regeneración democrática y redundaría en una mayor credibilidad hacia la clase politica hoy tan en cuestión. Un tema urgente que atañe a todos y debiera ser un toque de atención para cuantos llegan a cargos públicos y se acomodan en el sillón imaginando que aquel huerto es suyo y para siempre. Debieran acabarse los casos de personajes que viven de la politica lucrándose y vociferando promesas que luego quedan en el limbo. Olvidan que la politica es un servicio al pueblo que los elige para gestionar sus problemas reales y nunca sibilinamente enriqueciendose “a costa de”, que en realidad es para lo que llega más de uno.
Tengo la premonición de que la figura del pontevedrés ahora afincado en Alicante será vista, pasado el tiempo, de una manera bien distinta a como pretenden algunos presentárnosla en la actualidad. Ha sabido pasar página dejando que otros lleven adelante un proyecto que Fraga aglutinó y que, desgraciadamente, algunos con sus actitudes corruptas han llevado a una crisis histórica.

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