Opinión

Las taquillas en los colegios

Siguiendo con el ambiente de comienzo de curso, impresionan los cambios en los que vive esta generación en referencia a la nuestra, por ejemplo. Creo que uno de los grandes males de este país es el cambio constante de planes de estudio, y así nos van los resultados. Nunca he entendido la "generosidad" de nuestros políticos que, en algo tan serio como es la enseñanza, son incapaces de ponerse de acuerdo de una vez por todas y aprobar una ley que valga para todo el país y dure décadas. Creo que es un gravísimo error el que cometen bombardeando los unos los planes de sus antecesores... Con ese sistema seguirá el fracaso escolar y ocuparemos los últimos lugares en la calidad de enseñanza. Las leyes de educación nunca debieran depender de mayorías políticas.
Vamos a aterrizar hoy en un tema más doméstico. En muchos de nuestros centros escolares existen unas taquillas en las que los alumnos depositan sus libros y el material escolar. En nuestro tiempo, con un libro o dos pasábamos, pero hoy son incontables la serie de cosas que llevan a las aulas los alumnos. Una mochila llena de libros, un estuche en el que se mete de todo: bolígrafos, tijera, pegamento... de todo. Al final con esto de las atiborradas mochilas el día de mañana las columnas vertebrales de los alumnos de hoy vamos a ver como quedan. Por encima está el gran negocio de las editoriales, sacando libros de texto que únicamente valen para un año porque hay que recortar y pintar en ellos. Y si a ello añadimos el continuo e inconcebible cambio de planes escolares tenemos un menú bastante suculento.
Pues bien, en esas taquillas suele depositarse todo el material que por un lado aligera el peso que deben soportar los alumnos. Pero esto acarrea también otro problema. Déjenme que me explique. Ahora unos a tenis, otros a música, otros a idioma, otros a cualquier deporte. Ese es el programa para muchos de nuestros educandos. Es comprensible entonces que el rendimiento sea el que reflejan las encuestas y los estudios. De esas actividades extraescolares que ahora parecen ser "obligatorias" se deriva la falta de tiempo para estudiar en casa. Pocas son las horas que le dedican algunos al estudio en casa y así les luce el pelo. Le decía yo a uno que si para él es prioritaria la natación aunque suspenda matemáticas, que deje los estudios a ver si llega a emular a Phelps, se carga de medallas aun cuando de lo demás nada de nada.
Acaso teniendo en cuenta lo anterior en algunos centros se han suspendido las taquillas para eliminar al menos la disculpa para dejar de estudiar en casa porque los libros quedaron en la taquilla. Esto es un pretexto. En el fondo se trata de eso: la escala de valores que los padres, los primeros, deben estudiar para sus hijos ante el inicio de un nuevo curso escolar. Parecen bien esas actividades extraescolares siempre y cuando se respete y cumpla lo fundamental. De lo contrario es inútil quejarse del fracaso escolar.
Porque, seamos sinceros, en esa escala debieran moverse los planes educativos. La pedagogía moderna está muy bien pero la enseñanza de los contenidos serios la deben tener muy en cuenta los que programan. Programas para la vida, para el futuro, para el mañana que suponen el esfuerzo diario porque, y todos los docentes lo sabemos, hay un gran número de alumnos que se mueven por la ley del mínimo esfuerzo y se guían por aquello que les gusta o atrae y de ahí ese número de actividades que serán buenas siempre y cuando no distraigan de lo fundamental. Bien creo que claman al cielo tantas leyes y hace falta una seria por bien del futuro.

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