Opinión

Contundente ejemplo

Desde luego que no todo lo que vemos, oímos o leemos es malo. Hay muchísimas cosas buenas. Todos tenemos algo de todo. Suelo hacerle a mis amigos pesimistas siempre la misma pregunta: ¿a qué hora te levantas y a qué hora vas a la cama? La mayoría se levantan a las ocho de la mañana o antes y van a descansar alrededor de la media noche. Pues bien, le hago la segunda pregunta: ¿cuántas cosas haces en ese periodo de tiempo? Aquí ya discrepan, unos cien, otros setenta... Y la última pregunta ¿cuántas de esas cosas son buenas? Les convenzo de que la inmensa mayoría, y alguna que otra regular o mala. Pues mira para las buenas y piensa que cuenta todo y sobre todo lo bueno... Así que malas, contadísimas veces si es que hay alguna la mayoría de los días.
Dicho lo anterior me ha sorprendido una noticia interesante: "Los novios de una boda utilizaron lo que les ofrecieron para alimentar a más de cuatro mil refugiados". Demostraron así un gran sentido de solidaridad porque Kilis (Turquía) acoge a miles de refugiados sirios. Fethullah Uzumcuoglu y Esra Polat se casaron en una provincia turca limítrofe con Siria y decidieron festejar su gran día con esta obra solidaria. Los novios decidieron invitar a su boda a cuatro mil refugiados. La idea partió del padre de la novia, según recoge el rotativo The Telegraph, quien exhortó a seguir su ejemplo. Afirmó: "En un día tan feliz creímos que debíamos compartir la fiesta con nuestros hermanos sirios para inspirar a otros a hacer lo mismo". En el banquete fueron los novios los que repartieron la comida a los refugiados ayudados por una organización turca de caridad. Y todo fue pagado con el dinero ofrecido por los familiares de los novios y amigos como regalo de bodas. Problema muy serio el de los refugiados, que en Turquía son casi dos millones. 
Personalmente procuro sugerir algo parecido. Por ejemplo en los funerales. Las flores que se envían son siempre excesivas. A lo mejor hasta es para lucir el nombre de quien las envía. Por mucho cariño o afecto que se tenga al difunto, de nada le valen y a mí sinceramente a veces me causan sonrojo. Por eso procuro muchas veces escoger a algunos de los asistentes al acto y les digo que ellos mismos hagan la colecta del ofertorio y cuenten el dinero recaudado. Al final les digo la cantidad a los asistentes y esa aportación va para misas por el difunto y para Cáritas. Forma mucho más eficaz que las flores. Y lo mismo en las primeras comuniones o confirmaciones puede hacerse lo mismo, y en las bodas, como la de Turquía que comentamos. Lo demás es parafernalia que a nada conduce. Algo que debiera, creo yo, imponerse en nuestras celebraciones con motivo de algún sacramento o defunción.
Porque opino, si se me deja, que muchas veces confundimos los términos en este mundo con tanta confusión. Comenzando por olvidar que la palabra "matrimonio" se refiere única y exclusivamente a un acto religioso. Es uno de los siete sacramentos y término exclusivamente religioso. Y siguiendo en la misma tónica, y partiendo de este principio se convierten actos religiosos en eventos meramente sociales que serán festivos e incluso algunos buenos, pero nunca responden a lo celebrado. Y nada digamos de ciertas despedidas de solteros que llegan a extremos insospechados. De ahí nacen las consecuencias de convertir algunos sacramentos celebrados en fiestas meramente profanas pero sin el sentido para el que fueron instituidos y son celebrados.
Entonces, lo acontecido en Turquía suena raro cuando debiera ser normal cuando se opta por la celebración religiosa.

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