Opinión

Turismo en A Coruña

He visitado la ciudad de A Coruña decenas de veces y por varias razones desde invitaciones protocolares durante mi época como Cónsul Honorario hasta la participación en numerosos campeonatos de golf en el campo de la Zapateira. Incluso tuve el privilegio de haber visitado con hospedaje incluido a la prestigiosa y centenaria fábrica de cerveza de ‘Estrella de Galicia’, uno de los mejores baluartes de Galicia. Pero en esta ocasión aprovechamos, mi mujer - la gallega - y yo, una estadía de 3 días gracias a la invitación a la asistencia del programa de eventos organizados por el presidente de la Asociación Cultural ‘Royal Green Jackets’, Don Manuel Santiago Arenas. Era el décimo aniversario de ‘Ariete 2016 - Museo Vivo’ en el cual se reprodujeron, en distintas partes de la ciudad, varios espectáculos bélicos de algunas batallas de la II Guerra Mundial. Había de todo, soldados uniformados de la 7ª de Caballería, un tanque de la división Panzer alemana, otro español, cañones, automóviles antiguos, un general japonés, otro alemán y naturalmente todo cuanto armamento que era utilizado en los años 40 por ambos bandos en Europa e Iwo Jima. En el museo militar estaba expuesto todo tipo de rudimentaria militar desde medallas y gorras hasta libros y uniformes - para dar ejemplos - todo a la venta al público para llevar como un recuerdo de los festejos. Aparte de acudir a los eventos aprovechamos para hacer un verdadero mini turismo - gracias al buen tiempo - para ver que más ofrecía esta ciudad al turista de verano. Nos habíamos hospedado en al hotel Hesperia Finisterre que presume de 92 habitaciones, con vistas al mar, tres piscinas de agua salada con una temperatura media de 27º, cerca de la plaza de María Pita con su monumental edificio del Concello y a un paso del Casco Vello. Por cierto, viajamos en el tren de alta velocidad en un recorrido de 1 hora y 20 minutos. Muy cómodo. Volviendo a la ciudad, todo el sector del paseo marítimo donde está ubicado el Club Náutico ha sido restaurado, un proyecto similar a las humanizaciones de Vigo pero en este caso convertido en un sector totalmente peatonal desde las dársenas hasta la entrada a la plaza. Lo que más llamo la atención fue la limpieza, el orden y la falta de chavales con monopatines o bicicletas. Siguiendo por la costa llegamos a la famosa zona de ‘Los Cantones’ frente al paseo ajardinado que sigue a lo largo de la costa. Estaban con la feria del libro con un increíble número de librerías. En otra ocasión fuimos partícipes en la presentación de un almanaque histórico con fotografías tomadas por un grupo de marinos alemanes del acorazado ‘Braunschweig’ que estuvo fondeado en la ciudad en el año 1924. Cada día cuenta un acontecimiento en particular a lo largo de la historia de la ciudad. Muy original. Como costumbre hicimos una visita a la plaza de San Carlos donde esta el mausoleo con los restos del General Británico Sir John Moore, abatido durante la famosa batalla de Elviña en la Guerra de Independencia. Un par de fotos ante la Torre de Hércules, Patrimonio de la Humanidad, otras durante un paseo ante la playa de Riazor y vuelta al hotel para ducharnos y prepararnos para la movida en la zona de tapeos. Quedamos pasmados con el gran número y variedad de tascas y restaurantes que estaban en pleno apogeo y lleno de turistas. No cabía un alfiler. El lunes al mediodía volvimos a Vigo. Encantados de haber visitado nuevamente esta ciudad limpia y ordenada de Galicia.

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