Opinión

Tragedia árabe

No. No me refiero a la los desastres de la ‘Primavera Árabe’, o la guerra horrenda que se está desarrollando en Siria, ni a los últimos bombardeos por parte de la fuerza aérea rusa que ha abierto un nuevo capítulo de enfrentamiento entre USA y Rusia. No. Es una catástrofe que conmocionó el mundo pero a la semana ya había desaparecido de las noticias internacionales. ¿Se acuerdan del trágico suceso en el Pabellón Madrid Arena durante una fiesta de Halloween el 1 de Noviembre del 2012 cuando fallecieron aplastadas 5 chicas por culpa de la estampida y el taponamiento del pasillo de evacuación del recinto? Pues un suceso similar pero con un saldo de víctimas muchísimo peor ocurrió el 24 del mes pasado en Arabia Saudí. Durante la peregrinación del Haj, una obligación musulmana, que ocurre al final del calendario islámico, por culpa de una estampida, dejo un saldo de más de 700 peregrinos muertos y 800 gravemente heridos, el segundo gran desastre de esta envergadura en el lugar sagrado de los musulmanes. 
No era la única tragedia. 10 días antes, una grúa se precipitó sobre la Gran Mezquita de Meca en el que murieron 107 personas. La ironía de estas tragedias árabes es que hacía pocos días la prestigiosa revista ‘The Economist’ traía un reportaje sobre esta gran recepción religiosa con todos los detalles, mapa incluido describiendo la magnífica organización y lo bien preparado que estaba toda la zona que bordeaba La Kaaba - el ‘Cubo’ - para recibir a los peregrinos. Durante estos días el espacio aéreo de la zona, por ejemplo, cambiaría radicalmente. 
En vez de norte a sur los vuelos se concentrarían desde el este de Arabia Saudí. Air India organizó 230 vuelos directos desde las ciudades indias hacia Jiddah. Se estimaba que un total de 2 millones de musulmanes atenderían aunque para poder restringir los números un ministerio especialmente designado otorgaba una cuota de visas para cada país de acuerdo a los números de fieles los cuales, con un sistema de lotería entregaría las mismas a los afortunados. Con suerte, a unos pocos los gobiernos les daban una subvención aunque la mayoría tenían que optar por un paquete de viaje de una agencia determinada por las autoridades saudíes. Estos variaban de súper lujo de 5 estrellas hasta una acampada rústica en la azotea de un hotel de poco pelo. Asegurando que los peregrinos podían desplazarse durante los 5 días del evento era complicado. Tenían que caminar varios kilómetros desde el Monte Arafat, la Gran Mezquita de Meca y el valle de la Mina. Algunas cifras eran escalofriantes. Unos 3 millones de animales para el sacrificio al final del Haj, más de 100000 agentes de seguridad para controlar las masas y un total de 21000 retretes nuevos en la Gran Mezquita. Aunque el gobierno saudí gastó un pastón en aumentar y mejorar la infraestructura se supone que las estimaciones de ingresos superarían los 8 billones de dólares con tiendas de todo tipo vendiendo desde relojes Rolex hasta prendas de marca para las mujeres. Algunos residentes se quejaban de que el evento se había convertido en una gran juerga mientras que algunos arquitectos comentaban que Meca y Medina dejaron de ser santuarios y que ya eran ciudades como cualquieras otras del Oriente Medio. 
Sin embargo, por más preparativos, organización y control que impusieron las autoridades el desastre ocurrió. Se habrá abierto una investigación como en cualquier otra tragedia de esta envergadura que tardará su tiempo en llegar a conclusiones y determinar culpabilidad. Esperemos que el evento el próximo año volverá a la normalidad para el mundo musulmán.

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