Opinión

La silla que vino de Albacete

El jueves en esta ciudad hubo, una vez más una manifestación en contra del nuevo hospital Cunqueiro por considerarlo privado. ¡Falso! Desde que comenzó el proyecto del mismo, creo que fue hace unos 5 años no hubo más que críticas, protestas, boicoteos por la simple razón de que la Xunta tuvo que acudir a las finanzas privadas, no conozco los detalles, para poder sacar adelante el proyecto. Sin esa financiación probablemente estaríamos aun sin un nuevo hospital público, repito público. ¿Por qué insisto en que es público? Porque ningún paciente dentro del sistema sanitario del Sergas en toda Galicia tiene que pagar, como si fuese una clínica privada, que las hay, por ser atendido en lo que es uno de los hospitales más modernos de Europa. Además, me indigna ver tanta bulla en contra del hospital porque no hay país en el mundo entero que haría tal vergonzoso espectáculo por ser una construcción de máxima prioridad. 
Es hora que los políticos, sindicatos y gran sector del sector de sanidad deje de mentir al público sobre este asunto. Al contrario del Cunqueiro, y esto lo he denunciado en otro artículo hace unos meses, el hospital Povisa, que está catalogado como Privado ya no lo es. Todos los pacientes con seguros médicos privados son atendidos casi al 100% en el ambulatorio de la calle Barcelona. Al pasar los años, este centro ha estado ampliando las instalaciones complementarias para que un paciente sea atendido por cualquier problema de salud que tenga. La única excepción es si tiene que ser intervenido quirúrgicamente que es cuando entran las instalaciones del hospital. ¿Hablando de porcentajes saben cuáles son la de sanidad pública y de privada? Pues bien, en la totalidad de la Unión Europea es un 80/20% público/privado mientras que el de España es de 70/30%. ¿Qué significa esto? Dos factores importantes. El primero es que este país está por debajo del nivel de sanidad pública y segundo que depende del sector privado para poder satisfacer a todas las necesidades de la ciudadanía. ¿Qué ocurre en la actualidad? Que la mayoría de los ciudadanos y extranjeros residentes que tienen un seguro privado también disponen de una tarjeta sanitaria, que es mi caso personal y esto a su vez es una contribución enmascarada a la sanidad pública al no tener que abusar de los servicios del Sergas salvo los de consulta al doctor de cabecera. 
De todas formas, en ningún caso puede la ciudadanía quejarse ni del sector público ni privado ya que ambos son de altísima calidad profesional hasta diría que uno de los mejores de Europa. 
Ahora toca una experiencia personal como ejemplo de cómo funciona el sistema. El sábado pasado mi mujer se cayó y se fracturó la rótula de la rodilla derecha. Fue atendida en urgencias en una clínica privada de esta manera ahorrando el servicio público del Sergas al que tenía igual derecho de acudir. La consulta a los 4 días, igual de lo mismo. Otro ahorro al sistema público. 
El diagnóstico en estos momentos es favorable dependiendo de la evolución de la fractura. Con un poco de suerte, a los dos meses podrá volver a disfrutar de su anterior calidad de vida esta vez sin las prisas y con un poco más cuidado de no caer. ¿Por qué el titular de esta nota? Resulta que no estaba cubierto ni por seguro privado ni público el alquiler de una silla de ruedas. Llame a una agencia en las páginas amarillas creyendo que estaba en Vigo. La central estaba en Madrid. ¡Ningún problema! Un depósito de 40 Euros más 13 de transporte. La silla la mandaron desde Albacete.

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