Los seres humanos somos vulnerables a cometer equivocaciones cuando tomamos decisiones que no estén necesariamente basados en nuestras prioridades. Ocurre individualmente, colectivamente y en otros ámbitos generales de una sociedad democrática y civilizada. Un ejemplo clásico es en las reuniones vecinales durante la asamblea general de la comunidad. Algunos propietarios anteponen sus propios criterios que no son necesariamente los más importantes. Democráticamente se discuten y finalmente con el consenso de una mayoría se aprueba y se toma una decisión. Aun así, puede que no siempre sea el de mas necesidad. Al aumentar el número de personas, por ejemplo, miembros de una sociedad sea un club de futbol o golf, una reunión de accionistas y naturalmente, en lo político, las elecciones municipales, las prioridades se convierten en nubes grises.
Entran en juego intereses más dispersos, la ideología política por un lado y las verdaderas necesidades de la ciudadanía por el otro. Más pequeño el pueblo más simple la tarea, pero al ir aumentando el número de habitantes cambia el panorama, las prioridades se disparan y las decisiones correctas se convierten en una lotería. Otro ejemplo es el Brexit. Las prioridades presentadas por el Reino Unido son totalmente opuestas a los de la Comisión Europea. El gobierno británico insiste en que lo importante es su soberanía y libertad de las instituciones europeas mientras que Bruselas insiste en los derechos de los ciudadanos. Ya van dos años y medio de negociaciones el resultado - decisión - es cero patatero. Aún está en el tintero. ¿Y qué me dicen de Cataluña? Ya nos enteramos por los medios de comunicación el rifirrafe diario entre la Generalitat y el gobierno de la nación. Volviendo a las prioridades, uno demanda independencia y el otro acatar a la Constitución de 1978 que prohíbe el desmembramiento del estado. Naturalmente que, una vez más la decisión está muy lejos de conclusión. Pasemos a la Muy Leal; la cidade fermosa, limpia, llena de luces y mejor del mundo. No cabe duda que la más importante ha sido el súper proyecto de humanizaciones impulsado originalmente por el Plan E del año 2008 con cientos de nuevas aceras y recambio de la cañería de suministros que estaba obsoleta y oxidada.
La segunda prioridad, sin duda ha sido el impulso de las Islas Cies como Patrimonio de la Humanidad. Millones de Euros en publicidad nacional e internacional. Según la prensa, en el año 2013 el ayuntamiento de Vigo presentó la candidatura a la UNESCO. Sin embargo, según la página web de la organización la única que figura es la de la Xunta de Galicia. La prioridad que le sigue es la plétora de actividades deportivas callejeras. Desde maratones para toda la familia hasta carreras de ciclismo. No pasa un mes incluso menos en que parte de la ciudad cierra al tráfico para dichos eventos. Vigo es un gran parque de diversiones. Y por último está el nuevo proyecto de Vigo Vertical. Esta ciudad ha sufrido de las cuestas y por fin se ha puesto en marcha un programa apoyado en parte por la Unión Europea de instalar todo tipo de escalinatas mecánicas y ascensores.
Hay otros proyectos que le siguen, pero estos son las prioridades. Como hay mayoría absoluta la decisión es siempre ‘aprobado’. Sin embargo, la oposición discrepa. Dicen que hay prioridades como el PGOM sin aprobar que se traduce en falta de inversión, el Área Metropolitana está muerto, el desastroso estado del paseo marítimo - aunque parte de responsabilidad es del Puerto - sin arreglar y otros proyectos en el cajón del olvido. Pero según el alcalde hay mucho dinero. Pues manos a la obra.
