Opinión

Pioneros del golf

Mi padre se educó en el colegio Clifford de St. Andrews, Escocia - la cuna del golf- a principios del siglo XX. Al acabar la I Guerra Mundial emigró con sus dos hermanos a la Argentina. Ya era un buen jugador de golf y en 1928 llegó a la semifinal del campeonato argentino de aficionados. Sin embargo, al llegar el peronismo los Skinner nos trasladamos a Montevideo, Uruguay. Ahí siguió con su afición en el campo de Punta Carreta incluso formó parte de la junta directiva del club. A finales de los 50 volvió al Reino Unido y jubiló los palos de golf para siempre. Nunca más volvió a jugar. Mientras tanto, y gracias a su época en Montevideo tuve la oportunidad de aprender este deporte y ya con 16 años contaba con un hándicap 4. Años más tarde, ya con el Cable Ingles me traslado a Vigo en la época en que Galicia no contaba campos de golf. 
Recuerdo que al desembarcar en el puerto con una maleta y mi bolsa de palos los ‘grises’ en la aduana revisaron bien el contenido de la misma. Un compañero me informó que sí existían en Portugal que por cierto el de Espinho, Oporto fundado en 1890 es uno de los más antiguos de Europa. Desde entonces hasta la fecha la situación en Galicia ha mejorado, pero no sin dar gracias a los pioneros gallegos aficionados a este deporte. Don Enrique Lorenzo Docampo, como bien mencionó últimamente el historiador de este periódico fue el primero en diseñar en los años 60 un ‘Country Club’ incluyendo un campo de golf de tres hoyos, luego aumentado a 9 que hoy conocemos como el Aero Club. Mientras, en la Coruña y La Toja comenzaron las obras de la Zapateira y el del balneario respectivamente. No faltó añadirse el del Aero Club de Santiago.
 Poco a poco el golf comenzó a crecer hasta que un buen día, otro empresario con aun más ambición, pero esta vez a lo grande presentó un proyecto a la sociedad de la Muy Leal de la construcción de un campo de categoría europea con urbanización y hotel incluido. Así nació Golf Domiao del Morrazo en 1992. Don Ignacio Alzueta (QEPD), contrató a Don Ramón Espinosa, uno de los más prestigiosos arquitectos de campo y me ofreció el puesto de gerente. Durante más de dos años acompañado por el capataz de obra, estuve al pie del cañón literalmente ‘pateando’ el campo viendo como poco a poco iba creciendo lo que es hoy el golf Ría de Vigo. Sin embargo, el ejercito de los del ‘No’ estuvieron presentes durante todo el tiempo tratando de impedir la misma. Me costó mucho sudor y lágrimas ver, como escoces que aún había personas y organizaciones en contra de lo que podría ser uno de los grandes campos de golf de Europa. Ya en 1994 presenté mi dimisión para dedicarme a otros asuntos. 
Han pasado más de 20 años y los pioneros han seguido los pasos de los anteriores. Entre ellos esta Don Javier Solano que en el 2005 adquirió el complejo semi-abandonado de Mondariz Balneario y lo reformó totalmente incluyendo la construcción de un nuevo y magnifico campo de golf de 18 hoyos. Por último, está el joven Don Antonio Grande que consiguió contra el mismo viento y marea construir el campo de Meis en Poio. Otro ejemplar campo de 18 hoyos. ¡Pero el ‘No’ y ‘es un deporte de pijos’ sigue vivo al igual que hace 60 años! Los vecinos de Nigran no quieren saber nada y la ‘cidade fermosa’ sigue sin nuevo proyecto y con el mismo de siempre en Peinador. 

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