La ley del referéndum por la independencia de Escocia fue aprobada por el parlamento escoces en noviembre del 2013. Para aprobar dicho referéndum era necesario una simple mayoría. Salvo unas excepciones, todos los ciudadanos residentes de la Unión Europea y la Commonwealth tenían derecho a voto. Luego de varias reuniones tanto en Westminster como Escocia el referéndum fue permitido por decreto real y firmado por la Reina de Inglaterra. A partir de esta fecha comenzaron los debates en todo el país sobre las ventajas y los pormenores de abandonar el Reino Unido. Desde la economía hasta las pensiones salieron a relucir públicamente. El 27 de Agosto de 2014, nueve meses más tarde Escocia votó. El resultado fue a favor de seguir dentro del Reino Unido. Sin embargo, lo del Brexit, al ser el gobierno británico bajo la batuta de David Cameron, y a consecuencia de la propaganda populista del secretario general del partido de ultra derecha UKiP, Mr. Nigel Farage de que la Unión Europea era un desastre para Inglaterra, el máximo representante de su Majestad decidió ir directamente al pueblo con un referéndum. Todos sabemos las consecuencias pero lo que es más triste es que contrario a lo que ocurrió en Escocia, los argumentos de dejar la Unión eran mayoritariamente falsas. Unos datos económicos sumamente positivos y ridículos al obtener la independencia de la UE, que ni un presidente de comunidad de vecinos presentaría como base, saltaban a los medios de comunicación. Sin embargo, lo más significativo era el tema de la inmigración que causó el divorcio con el lema, ‘¡Fuera extranjeros!’ Fue la guinda del pastel. Acabo de disfrutar de unas vacaciones en Tenerife, tema de mis anteriores notas y tuve la oportunidad como dicen, de primera mano en poder dialogar con unos cuantos compatriotas que estaban de vacaciones pero lo que era más significante era leer varios periódicos británicos, tanto de derechas – a favor de la primera ministra Sra. May - e izquierdas – en contra pero muy suave con lo del Brexit. Me quede de una pieza de la verdadera ignorancia que había de las consecuencias que tendría sobre todos los ciudadanos tantos los de la Unión como los del Reino Unido. En primer lugar la información negativa, en los medios europeos, por parte de varias instituciones tanto públicas como privadas, políticos, economistas, abogados, comerciantes, presidentes de entidades multinacionales y una plétora de personajes sobre estas consecuencias que resultaría la salida de Europa no aparecían por ningún lado. Hasta la red social de mis compañeros ingleses acabaron por insultarme por tratar de mantenerlos al día en lo que comentaban al otro lado del canal. Ahora resulta que todo este tinglado montado por el gobierno ha sido declarado ilegal por las cortes al no estar aprobado por el Parlamento Británico. ¡Descubrieron la pólvora! Será recurrido y pasara a las Cortes Supremas sin olvidarnos de la Cámara de los Lores. Ahora comienza una batalla paralela aunque la Sra. May insiste en que ‘Brexit es Brexit’. ¿Suena parecido a un político español con el ‘No es No’? Todo esto apunta que el contencioso artículo 50 que da el pistoletazo de salida esta ‘On hold’. Mientras tanto el mundo sigo su camino. Ha concluido el circo político en este país y pase lo que pase por lo menos se acabó la incertidumbre. La guerra brutal en Irak y Siria sigue causando más y más muertes y éxodo de ciudadanos que terminan naufragados en el Mediterráneo. Hoy sabremos quien cogerá las riendas de USA, el país más poderoso del mundo mientras Putin hace las suyas a espaldas del Occidente. ¡Que panorama!
