Opinión

No tocó Penélope Cruz

Hace algún tiempo que informé que estaba tramitando la nacionalidad española por dos razones. Considero que estoy más integrado en la sociedad española y la segunda, no quiero quedarme en pañales cuando los ingleses cierren la puerta a Europa con el maldito Brexit. Pues bien, después de casi 5 meses y gracias a una hábil abogada he reunido todos los papeles y documentos necesarios para por fin presentar mi solicitud. Sin entrar en detalles tuve que renovar todo cuanto certificado tenía, nacimiento, matrimonio, nacimiento de conyuge y varios otros por estar todos literalmente caducados. El que más lata me dio fue el de nacimiento por no tener la Apostilla de la Haya y tener que volver a solicitarlo a Buenos Aires. Resulta que el Registro Civil bonaerense no pudo localizar la entrada del recién nacido de mi madre. En otras palabras, yo era un ser que no existía. En fin, todo fue resuelto salvo uno de los más importantes obstáculos; esperar el resultado de una prueba de los conocimientos constitucionales y socioculturales de España, diseñado por el prestigioso Instituto Cervantes y conocido con las letras CCSE. Es normal en cualquier país que otorga la nacionalidad a extranjeros que los futuros ciudadanos sepan el idioma además de presentar pruebas, después de cumplir con los requisitos de residencia de estar integrados en la sociedad. Al haber nacido en la Argentina estuve exento del test de idioma sin embargo no tuve más remedio que afrontar el reto de demostrar a las autoridades españolas, en concreto al Ministerio de Justicia, que lleva el tema de que algo sabía sobre el país en donde he residido desde los últimos 20 años. El examen se lleva acabo cada mes, al mismo tiempo y en todo el país. Aquí en Galicia lo lleva una academia de enseñanza en la ciudad de Santiago. Después de registrarme, pagar la cuota y tomar nota del día y fecha, siendo forofo del turismo en Galicia decidí combinar la misma con una pequeña visita junto con mi mujer a la capital. Hacía por lo menos 10 años que no la visitábamos. Nos quedamos en el Hostal de los Reyes Católicos, visitamos la Catedral que desgraciadamente estaba en obras, y luego una excelente cena en un restaurante en el Casco Viejo. Bueno vayamos al grano. El examen consistía en contestar a 25 preguntas que incluían naturalmente la Constitución, la cultura, la geografía, la historia, la vida cotidiana e unas cuantas, como dicen los argentinos, de ‘yapa’ para completar el cuadro de lo que es este país. Del total de preguntas tenía que contestar 15 para poder aprobar. Había estado estudiando el conjunto de 300 preguntas con las respuestas acertadas que me había facilitado el instituto y aunque me conocía de sobra a España, especialmente Galicia desde hace más de 50 años había muchos detalles, especialmente sobre la Constitución que no conocía. La otra razón que me ayudó fue el ser Cónsul Honorario Británico durante 5 años y haber trabajado con todos los institutos públicos, los ayuntamientos principales, las fuerzas de seguridad y sin olvidarme de los juzgados de la autonomía. Ejemplos de preguntas. ‘¿Cómo garantiza la Constitución la seguridad de los españoles? Otra. ‘¿Cuántos ciudadanos deben respaldar la iniciativa legislativa para poder presentar una proposición de ley?’ Una de cultura. ‘¿Dónde se encuentra el museo Guggenheim?’ Geografía. ‘¿Qué rio desemboca en el Mediterráneo?’ Sin embargo la que mejor me gustó era: ‘¿Quién es Penélope Cruz?’ Pensé, si para ser español depende de acertar esta pregunta, que mal me veo. Por suerte, no me toco.

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