Opinión

Mercado Interior y Unión Aduanera

Se acerca la fecha clave dentro de poco más de un año cuando los ingleses cierran la puerta a Europa, botan su nuevo buque ‘Adieu’ y comienzan a navegar por los mares del mundo con nuevos acuerdos comerciales libres de las cadenas de la Unión Europea. Es lo que predican los políticos, todos y la prensa británica desde que firmaron el famoso artículo 50 del tratado de Lisboa consolidando un divorcio de un matrimonio incompatible que siguió un camino populista hace ya casi 20 años. ¡Si dilectos/as leyentes! El arquitecto, secretario del partido ultra derechista (UKiP), Nigel Farage, miembro del parlamento europeo, impulsó el movimiento en los años 90, junto con su compinche, el actual Ministro de Exteriores, Boris Johnson y ha culminado con el gran reto que ahora se enfrenta el futuro de una unión nacida hace más de 70 años, después de la II Guerra Mundial. 
El eslogan es bien conocido en España. ‘¡La Unión Europea nos roba!’ Poco a poco infiltró las venas de un buen sector de la ciudadanía británica. Al día de hoy, tanto el Reino Unido como Europa está en una encrucijada sin solución a la vista tanto política como económica para enfrentarse a todos los demás retos del mundo más globalizado que nunca. ¿Pero qué tiene que ver con el título de este informe? Pues es la madre del cordero que está volviendo locos a los negociadores de ambos lados del Canal en su afán de llegar a algún acuerdo y consenso para que por lo menos los 500 millones de ciudadanos podrán pasar página de una vez y prepararse para la tempestad dentro de muy poco tiempo en esta primera mitad del siglo XXI. 
Por eso sigo escribiendo sobre este tema porque este Tsunami tanto político como económico que aún no ha tocado las costas y en la que la prensa española apenas lo menciona está basado en dos asuntos fundamentales de la negociación. Son las más importantes bases de la Unión que son el Mercado Interior y la Unión Aduanera. Las actuales peleas internas en el gobierno de la Sra. May y las de la oposición laborista de Sr. Corbyn se centran en la cuestión fundamental de estos dos pilares. Dicen: ‘¿Queremos un Brexit suave o uno duro? ¿Quedamos en uno o ambos, o ‘Bye Bye’?’ Pues bien, los problemas de las fronteras de Irlanda, los aranceles, el traslado de poderes judiciales, el mismo movimiento de ciudadanos y una plétora de beneficios del que disfruta todo lo relacionado con la Unión Europea depende de la decisión final del gobierno, sea cual sea del Reino Unido en pertenecer o no a estos dos sectores del acuerdo original. En resumen, el ‘Mercado Interior’ (o Único) es un instrumento de integración económica en donde circulan libremente los bienes, servicios, capitales y personas que pueden vivir, trabajar, estudiar o hacer negocios en libertad. Mientras que la ‘Unión Aduanera’ es el complemento que establece este libre comercio con una tarifa exterior común entre todos los estados miembros. 
Si no hubiese una tarifa única, cada estado tendría una política exterior diferente que solo causaría problemas de fronteras y necesitaría de controles aduaneros. O sea, dos problemas fundamentales en las negociaciones para llegar a un acuerdo de ‘adiós muy buenas, o queremos seguir siendo amigos.’ No es un tema simple y esta explicación es solo la punta del iceberg. Piensen nuevamente el ejemplo del hundimiento de Titanic. Puede ser similar a un abandono ordenado, con suficientes botes de salvamento para todos o acabar como hizo en el desastre que ocurrió ese nefasto 15 de abril de 1912.

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