Opinión

John Staton QEDP

Busco en el sector de historia de la página web del Concello de Vigo. Pincho entre los siglos XIX, XX y XXI y leo de cómo progresó esta ciudad desde la era industrial hasta la modernidad del que estamos ya acostumbrados los actuales ciudadanos empadronados en la Muy Leal. Se hace mención del asentamiento de los catalanes que introdujeron el salazón del pescado, de la creación de astilleros, Barreras como ejemplo, de Vulcano y Pescanova, relacionados naturalmente con la pesca, la infraestructura gracias al tranvía finalizando con el asentamiento de la fábrica de automóviles de Citroën Hispania. Sin embargo, en ningún momento existe mención alguna de una empresa británica que abrió una de las bases más importantes de cablegrafía submarina mundial en 1878 y durante 100 años no solo permitió que Vigo estuviera en el mapamundi de las comunicaciones internacionales sino que cambió radicalmente la sociedad viguesa con la introducción de una variedad de nuevos modos de vida europea incluido el importante deporte del futbol. 
Pocas entidades y personajes, incluso archivos de prensa y fotografía se han preocupado en mantener vivo este ‘pequeño’ sector de historia que transformó tanto a esta ciudad hasta que un joven historiador aficionado llamado José Ramón Cabanelas comenzó a investigar el comienzo de la telegrafía en Galicia. Con el apoyo de Antonio Giráldez Lomba de los Estudios Vigueses su exhaustivo informe fue publicado y presentado por el alcalde de Vigo, Don Abel Caballero en la sede de la Fundación Ibanca - curiosamente la primera oficina del Cable - el libro VIA VIGO, incluyendo la historia del Cable Ingles. Por otro lado, con la colaboración de José Ramón el entonces Presidente del Puerto de Vigo, Don Ignacio Lopez-Chavez comenzó otro proyecto paralelo de la recuperación histórica del sector de buques cableros y el depósito de cables submarinos en el puerto. No solo inauguró una especie de simulacro de un silo en los terrenos abandonados del antiguo depósito sino que gracias a una serie de maquetas instaladas a su alrededor el público puede hoy ver y leer el resumen de esta historia desde el comienzo hasta su fin en los años 80 del siglo pasado sobre una de las empresas más longevas de la historia contemporánea de Vigo. Aunque el sector de cableros fue traspasado eventualmente a Telefónica, las oficinas originales de cablegrafía cerraron en 1970. Unas décadas antes, la empresa había comenzado a contratar a personal gallego y en los últimos años, Londres destinó pocos técnicos británicos. 
De los varios que pasaron por las oficinas del hoy edificio de Correos en la calle Reconquista - última sede de Cable - con veinte-pocos años fue destinado a principios de los 50 del siglo pasado uno llamado John Staton. Conoció a Maritrini, una joven gallega y en poco tiempo se casaron. Acabado su destino en Galicia la pareja fue destinada a numerables sitios en el mundo donde operaba el Cable Ingles, desde Montevideo a Buenos Aires, desde Hong Kong a Filipinas hasta llegar a trabajar en Arabia Saudí. Posteriormente John estuvo varios años en Londres trabajando hasta su jubilación en la filial Mercury, que era la competencia de British Telecom. La pareja tuvo 4 hijas, Maritrini, Blanca, Ana y Susana. Todas se casaron y están en Galicia. Hace unos 10 años, igual que el que suscribe, decidió volver a Vigo a estar junto a su familia. El 17 de esta semana John fallece después de una larga enfermedad. QEPD. Como dice el refrán, ahora soy ‘El último de los Mohicanos’ británico de lo que fue una gran empresa en Vigo - El Cable Ingles.

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