Opinión

Un futuro incierto (II)

El artículo de la semana pasada fue una sinopsis del futuro basado en un resumen de los acontecimientos políticos tanto nacionales como internacionales. En esta segunda versión presento los argumentos del sector tecnológico que probablemente tendrán un impacto igual sino más profundo en la sociedad mundial y, dependiendo de que parte del mundo estamos hablando, el efecto será similar al político; o sea el trastorno en el grado de desarrollo especialmente en la educación y el empleo. Un pequeño repaso de la historia es necesaria para enfocar ese pronóstico incierto. A mediados del siglo XIX estalló la revolución industrial capitaneada por el Reino Unido. Gracias a su gran poderío imperial, durante más de un siglo pudo trasladar los avances a todos los rincones del globo. La guinda fue el invento de la maquina a vapor. Adiós al aislamiento con la construcción de millones de kilómetros de red ferroviaria seguido por la muerte lenta de los barcos de vela y el crecimiento de los de propulsión a hélice. Seguimos con el telégrafo, que resulto en comunicaciones instantáneas compitiendo con el correo, luego el automóvil sustituyendo a los carruajes y diligencias a caballo, el teléfono y por último la panacea número uno; la conquista del aire gracias al avión. 
Poco a poco todas estas nuevas facetas de tecnología fueron, durante décadas mejorando y ampliando hasta bien entrado el siglo XX. Sin embargo la introducción de la automatización, muy rudimentaria de la época, sería el comienzo de una nueva revolución que cambiaría gran parte del destino de la humanidad empezando con el reemplazo paulatino de trabajos manuales, especialmente en las grandes fábricas, por sistemas mecanizadas. Otros sectores de industria, como las comunicaciones, que ya habían progresado con el invento de la radio sucumbieron a la sustitución de transmisión manual a sistemas automáticos. Mientras, en la mayoría de las universidades tecnológicas del mundo continuaban con sus programas de I+D con más avances hasta llegar al invento majestuoso del siglo XX; la computadora. A mediados del último cuarto de siglo se introduje la digitalización. ¡La muerte lenta del mundo analógico! A partir de entonces se aceleró el desarrollo de este artilugio hasta que llegamos al ordenador actual del siglo XXI con cual ya no podemos vivir sin él. 
Aquí comienza una carrera que no solo transformo pero cambiaría aún más el futuro del ser humano ¿Pero hay que hacer una pausa y preguntar si no hemos llegado a una especie de saturación que podría amenazar la vida al que hemos estado acostumbrado hasta ahora? Me explico. Con el ordenador, llegó el teléfono móvil seguido por el fenómeno de Internet. Con este último proceso de comunicación esta nueva revolución desplaza por completo al resto. Piénsenlo. Al entrar en el siglo XXI la nueva era de todo relacionado con el mundo moderno, incluido hacer negocio, ha cambiado. 
Todo comenzó gracias a los cachorros de esta ‘Red’ como Google, Amazon, Wikipedia, Facebook, LinkedIn y Twitter para dar ejemplos. Introducimos los nuevos ‘gadgets’ que nos ayudan a usarlos, los Tablet, IPhone, IPad con poderes extraterrestres de la nueva informática. La revolución está completa. ¿Pero qué está pasando con las nuevas generaciones? Están enganchadas con lo último. ¡WhatsApp! Al pasar horas en ‘chats’ se desentienden de todo lo que les había rodeado en su vida cotidiana. ¡Adiós educación! Mientras tanto se están transformando las instituciones y negocios debido a una especie de ‘bypass’ enmascarado ya que todo se puede hacer y conseguir en la ‘Red’. ¿Entonces que del futuro? Reinvento de puestos de trabajo, así de simple. Adiós a lo ‘de por vida’ y enhorabuena al ‘chollo’ del cambio - temporal.

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