Opinión

El motociclismo

Hace muchos años, cuando era un chaval y vivía en Montevideo, mis padres decidieron comprar una motocicleta Vespa. Era la época cuando unos ingenieros italianos del sector aeronáutico después de la II Guerra Mundial tuvieron la brillante idea de diseñar un medio de transporte practico, barato y simple usando como base un motor usado para el arranque de los aviones cuatrimotores. Pronto se dio a conocer en todo el mundo gracias a la encantadora película ‘Vacaciones en Roma’ que lanzó a la fama la desconocida actriz Audrey Hepburn que, junto con el veterano Gregory Peck consiguió un Oscar a mejor actriz. En una escena, el personaje, una rebelde princesa de un país ficticio europeo se monta en uno de estos bichos de dos ruedas y pasea por toda la ciudad de Roma causando todo tipo de problemas de tráfico. El año era 1953. Volviendo a mi infancia, un día, junto con otros dos compañeros, cogimos sin permiso la Vespa y nos fuimos de paseo por la zona de Pocitos. Ocurrió lo inevitable. Pronto nos paró la policía uruguaya y como éramos menores sin carnet, menuda se armó. Todo arreglado, al día siguiente mi padre vendió el cachivache. No fue hasta años más tarde, cuando ingresé en la escuela de ingeniería del Cable Ingles en Porthcurno, Cornualles que volví a montar en una moto. Como el pueblo más cercano era Penzance que estaba a unas 10 millas, pude convencer, a regañas a mis padres que me compraran una para poder viajar e ir de juerga los fines de semana. Como en esa época los estudiantes apenas disponíamos de unos duros, nuestras motos no solo eran de segunda mano, pero más viejos que Matusalén. El mío era una BSA del año 1937 de un cilindro de 250 cc y con solo tres marchas; ¡A mano! Solo podía alcanzar una velocidad máxima de unos 80 kilómetros por hora, pero fue mi mejor amigo durante casi 2 años con un viaje a Londres incluido. Desde esa época, nunca más volví a tener ni montar en una moto. Pase directamente al automóvil. Sin embargo, he visto como ha progresado tanto el diseño como el uso de este increíble método de transporte. El Reino Unido, después de la guerra era el país que producía las mejores marcas del mundo. Matchless, BSA, Norton, Triumph son algunos ejemplos. Salvo este último, comenzaron a morir por los años 70 dando paso a los japoneses, ejemplos como Honda, Yamaha y Suzuki sin olvidarnos del clásico de USA, la Harley-Davidson. Pero España fue el país, por lo menos de Europa que más fomento la afición al uso de la motocicleta gracias en parte al gran campeón de los campeonatos mundiales, Ángel Nieto, recientemente fallecido en un accidente. A partir de 1969 comenzaron sus éxitos y le siguieron otros grandes, el último el jovencísimo chaval Marc Márquez que no deja de asombrar al mundo después de proclamarse, a los 24 años y por cuarta vez ‘Campeón del Mundo Mundial’ de MotoGP. Hoy podemos observar la proliferación masiva de todo tipo en las carreteras y ciudades. Las desventajas son obvias. Condiciones meteorológicas, estado del asfaltado y lógicamente la falta de protección en caso de accidente. Sin embargo, la facilidad de desplazamiento sin mayores atascos y naturalmente el aparcamiento siempre serán la mayor ventaja de este modo de transporte. En esta ‘Cidade fermosa’ somos los punteros debido al gran apoyo de nuestro ilustrísimo alcalde que ha movilizado a la ciudadanía al fomentar el uso del mismo con facilidades para transitar por la urbe y, más importante con aparcamiento gratis. Esto último gracias a las amplísimas aceras, fruto del plan continuado de humanizaciones. 

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