Opinión

El deseo del pueblo

Un dicho popular dice que  ‘lo que Lola quiere Lola consigue’. Ambos representan la base del sistema democrático del Reino Unido sobre los resultados de las elecciones o en el caso del referéndum de junio del 2016 sobre la salida o la pertenencia del país en la Unión Europea. España y Argentina conocen muy bien estas frases porque son la razón por la cual el gobierno de Su Majestad jamás renunciara a sus colonias en Gibraltar y La Malvinas respectivamente. Así lo quieren los de la Roca y los isleños. Volviendo al referéndum que fue fruto de una decisión del anterior Primer Ministro, David Cameron que temo perder apoyo a su partido conservador por el avance del partido de la extrema derecha ‘The UK Independence Party’ liderado por su Secretario General, Nigel Farage apoyado por el entonces alcalde de Londres, Boris Johnson debido a la continua campaña mediática de que Gran Bretaña debería marcharse de la Unión Europeo. 
Estos dos impresentables personajes, el primero es diputado en el Parlamento Europeo y el otro, además de alcalde fue el corresponsal europeo y poderoso del periódico de derechas ‘The Daily Telegraph’. En resumen, desde por lo menos 15 años ambos emprendieron en una campaña nefasta en contra de Bruselas, en especial la Comisión Europea como un antro de burócratas inútiles continuamente imponiendo sus normas y leyes sobre la soberanía del Reino Unido. Así fue, dilecto/a leyente/a como se autorizó el referéndum con el resultado que ya sabe todo el mundo y del cual se abrió el melón de ‘hasta luego Lucas’ para que el país se marche de una puñetera vez de la Unión Europea. Como todo sistema democrático no hay nada perfecto y elecciones suelen ser un buen ejemplo. En este caso, hace ya casi tres años estos individuos montaron la campaña con autobuses incluidos de que acabarían con el despilfarro de las aportaciones a Bruselas que serían el equivalente a Libras 350 millones semanales destinados directamente a la Seguridad Social, (‘Bruselas nos roba’), que no habría ningún problema en decir adiós y que cortarían por lo sano con el masivo aluvión de emigrantes europeos que invadían anualmente al país. Se llevó a cabo y el resultado fue muy justo, al igual que inesperado de 52 a favor y 48 en contra de marcharse. Y así comenzó este gran culebrón que se ha desarrollado desde esa fecha. En primer lugar, los argumentos usados por los ‘separatistas’ fueron simples y una gran mentira. 
Segundo fue el resultado de la convocatoria del referéndum sin ser aprobado por la cámara de diputados (MP’s) y gracias al rechazo de la Cámara de los Lores tuvo que ser ratificado democráticamente en el parlamento. Y por último fue activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa que permitió este desastre que puso una fecha límite a las negociaciones. Casi tres años más tarde aún estamos en el punto de la partida como la fábula de la carrera de la tortuga y la liebre. En resumen, se abrió una monumental Caja de Pandora y salieron todo tipo de truenos, cucarachas, ratas, dinosaurios y un sinfín de problemas totalmente inesperados que son la base del impase que hay aun y en estos momentos. ¿Qué pasa ahora? Ya que se sabe que uno de los temas, que fue ignorado originalmente era el problema de la frontera con Irlanda esta semana se celebraron una seria de votaciones en el Parlamento Británico con tres posibles resultados. Aceptar el acuerdo acordado con Europa, mandarlo al cuerno y marcharse a la brava o pedir una ‘prorroga’ para frenar la salida este mes. Ganó la última. Continuara…

Te puede interesar