Opinión

El club Europa

Unos predican el diluvio universal, otros el apocalipsis mientras que los más pesimistas argumentan el inicio de la III Guerra Mundial. Esperemos que no sea tan catastrófica pero la situación mundial está en que puede pasar cualquier cosa. Los últimos acontecimientos bélicos, las situación de los refugiados y el aumento de ataques terroristas por parte del ISIS, Daesh o como se llamen los fanáticos islámicos, la paz del planeta esta amenazada. Sumado a este escenario dantesco esta una de las más importantes preocupaciones que es el posible colapso de la Unión Europea que tanto ha costado construir. Recapacitemos. Acabado el horror de Hitler, los que más sufrieron firmaron en 1951 el tratado de Paris, más tarde ratificado con el de Roma en 1958 consolidando el primer intento en formar un mercado único europeo incluyendo las cláusulas de ‘Nunca Mais’ a una guerra entre europeos. 
Los principales protagonistas eran Francia, Alemania Occidental, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Establecieron unas reglas de juego para poder ampliar el club y poco a poco permitir el acceso a otros miembros. Gran Bretaña fue uno de los primeros de la nueva ola al unirse en 1973. Le siguieron Grecia en 1981, España y Portugal en 1986. En 1992 se firmó otro acuerdo en Maastricht que consolido la Unión Europa y estableció las normas para nuevos miembros con el libre movimiento de personas, capital y servicios. Se introduzco el Euro como moneda única en el año 2000 y hasta la fecha Europa ha gozado con 28 miembros, la zona Shenguen y una plétora de acuerdos bilaterales de todo tipo de libertades del que disfrutan los 500 millones de ciudadanos. Sin embargo, el mundo también ha evolucionado con nuevos horizontes económicos. Desde la caída de la USSR, el desarrollo de China, India, Brasil y otras zonas, especialmente el Oriente Lejano el panorama internacional ha introducido luces y sombras con aumento de la riqueza por un lado y un espectro bélico amenazador por otro. 
Pero un factor aún más preocupante es la misma Unión Europea que, por culpa de estas nuevas guerras del Oriente Medio, la tragedia de los refugiados y la proliferación del terrorismo islámico ha alimentado a un desequilibro político en el Parlamento Europeo con factores ultra radicales, tanto de izquierda como de derecha. Fue el de ultra derecha del Reino Unido que curiosamente dio el primer pistoletazo en 1999 con su líder Nigel Farage que comenzó a insultar a la Comisión con discursos de que era hora de ‘cambiar las reglas de juego’ insinuando que todo el sistema era un desastre. En otras palabras, al cuerno con el tratado de Maastricht aunque aún no había comenzado la tragedia de los refugiados. La semilla del pánico comenzó con el juego de los referéndums. El primero fue Escocia con lo de la independencia, luego lo del Brexit seguido por Italia. Ahora toca a España con la persistencia de Cataluña, otra vez Escocia y quién sabe si sigue la fiesta con los ultras de Francia, Alemania o Dinamarca. Una vez más reflexionemos. 
El gobierno del Reino Unido aún no tiene claro que es lo que pueden o no pueden negociar con la Unión ni el mundo. Escocia e Irlanda del Norte están totalmente opuestos a marcharse pero con Brexit quedarían fuera. Pasemos a España. Ocurre lo opuesto. España está firmemente implantada en Europa pero si Cataluña consigue su propósito de algún tipo de consulta y se separa le ocurrirá lo mismo que a Escocia con expulsión inmediata y todos a hacer cola detrás de un gran número de países que están en lista de espera. El circo continúa.

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