Opinión

Aviso a navegantes

Mr. Nigel Farage, uno de los arquitectos de la campaña británica para cerrarle la puerta a Europa, populista, ultra derecha del partido nacionalista del Reino Unido, agente comercial, locutor en los ‘pubs’ sobre política fascista y miembro del Parlamento Europeo fue abucheado en Bruselas cuando dio su discurso ‘desafiante’ sobre el Brexit. Tal fueron los silbatos y otros ruidos que el Presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker le preguntó, ‘¿Usted que hace aquí?’ El bravío y cinismo de Mr. Farage fue sentarse con una bandera Británica, sabiendo que Escocia y el Norte de Irlanda no quieren saber nada de nada de dejar la Unión Europea. 
La verdad es que no sé cómo se atrevió después de tanto barullo similar a otro populista con coleta de España que después de que le mandaron callar porque pasaba su cupo de tiempo en su locución desafiante nunca más se supo de él – en Bruselas. Mientras tanto Gran Bretaña sigue navegando por los mares de la incertidumbre sin capitán y marineros. David Cameron ha dimitido y no hay señales seguras de reemplazo. El Mr. Boris Johnson, ex alcalde de Londres y compañero de campaña del Brexit de Farage esta medio escondido de la prensa y es más, renunció como candidato para reemplazar al actual Primer Ministro. Sin embargo ha aparecido una candidata de los Tories para hacerle guerra, Ms. Theresa May. Por el lado de los laboristas igual follón montado. El Mr. Corbyn, actual secretario general hizo una campaña ‘light’ para que los simpatizantes socialistas votaran a favor de quedarse en la Unión Europea. Como todos sabemos, le salió el tiro por la culata y ahora muchos militantes piden su cabeza. Resumen, otra mujer, Ms. Angela Eagle se postula como candidata. Lo que estamos observando, a medida que pasan los días son dos fenómenos nunca visto en la democracia británica. Total desmembramiento tanto del partido gobernante como de la oposición y lo que más asombra es que todo este circo del Brexit fue orquestado a base de amenazas, mentiras y medias verdades. Los efectos mundiales de toda índole nunca entraron en la campaña de estos sátrapas. Políticamente hablando, yo diría que el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte se asemeja más a un país bananero del tercer mundo, nada que ver con lo que fue uno de los baluartes de la era industrial y defensor de la libertad, los derechos humanos y la democracia. 
Ahora pasemos al posible futuro. En primer lugar ya comienzan a surgir las dudas entre la población de que si es verdad lo de crear la ‘Gran Inglaterra’ – ya sabemos que Escocia e Irlanda del Norte no quieren saber nada - del futuro que lanzara su armada a los cuatro vientos a conquistar el mundo con sus expertos en finanza y comercio. ¡Primer pufo! El segundo es pensar que la relación institucional internacional tanto con la Unión Europea como el resto del mundo no cambiaría demasiado. Todos felices y a comer perdices. ¡Otro pufo! Encontraran pegas cada vez que abran una puerta en la plétora de renovación de acuerdos de todo tipo.
 Y por último es el efecto humano que es ni más ni menos que la reciprocidad y libre movimiento de los ciudadanos tanto británicos como europeos que incluyen naturalmente los españoles en Inglaterra y los ingleses en España. Es en este apartado el que más me preocupa ya que afecta tanto a mi persona como a mi familia y estoy seguro que aún estamos por ver, ya que hay dos años de respiro, como será el resultado final. Lo dejo aquí ya que sigue siendo un tema muy complejo.

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