Opinión

A.R.A.San Luis

Hace ya más de diez años que me dediqué a escribir mi primera novela al que dediqué unos cinco de investigación. Como era basado en la época que comenzaba con el peronismo en la Argentina en 1945 y acababa justo antes del comienzo de la Guerra de las Malvinas en 1982 eran muchos temas en donde indagar en archivos de toda índole, desde la política hasta las distintas jerarquías de las fuerzas armadas para dar ejemplos. 
Mis personajes principales eran un coronel del ejército de padres galeses y un comandante de marina descendiente de emigrantes italianos. Al haber cumplido el servicio militar en el departamento de comunicaciones de la Casa Rosada (Presidencia de la Nación) y gracias a esta experiencia pude completar la base de la novela. ¿Pero qué tiene que ver con las noticias de la tragedia del hundimiento del submarino argentino San Luis hechas públicas esta última semana? ¡Todo! Parte de la historia se basa en el comienzo de la carrera del comandante de marina que, al acabar su graduación solicitó ser trasladado al sector de submarinos de la armada. Su carrera florece brillantemente y la Comandancia de Marina, junto con otros dos oficiales lo destina a Norfolk, USA como encargados de la entrega de 2 submarinos de la II Guerra Mundial, ya restaurados, el A.R.A. Santa Fe y el A.R.A. Santiago del Estero. Aquí es en donde entra la historia ya que el trágico final del Santa Fe ocurrió con su captura en las islas Georgia al comienzo de la guerra por las tropas británicas para luego hundirse en el Atlántico en 1985 mientras era trasladado al Reino Unido como una presa de guerra. El Santiago del Estero fue desguazado poco después. 
Sin entrar en detalles, todo el sector de la novela dedicada al departamento de submarinos es amplia en información de tácticas, entrenamientos, hasta la construcción de una base – ficticia – en Puerto Madryn. Volviendo a la actualidad, la polémica de la tragedia era que el submarino San Luis era muy viejo y no era apto para maniobras en las traicioneras aguas del Sur de Argentina. No soy quien opinar sobre estas suposiciones, pero puedo asegurar que los sucesores anteriores, el Santa Fe y el Santiago del Estero cumplieron con el mismo argumento. La Armada Argentina compro dos submarinos de segunda mano que se supone eran ya obsoletos para una armada moderna del siglo XX. De todas formas, hay que preguntarse sobre la eficacia de este armamento marino y cómo ha evolucionado, especialmente desde la II Guerra Mundial. Los famosos ‘U-Boat’ eran muy eficaz en hundir barcos de los convoyes aliados en el Atlántico Norte, pero desde esa época solo hubo dos hundimientos uno de los cuales fue el A.R.A. Belgrano el 2 de mayo de 1982. ¡Por el moderno submarino nuclear HMS ‘Conqueror’! ¿Entonces para que sirven los submarinos en el siglo XXI si ya no son para hundir barcos indefensos? Es que, desde el avance de la tecnología tanto para los de propulsión convencional como los nucleares pueden pasar más tiempo navegando los mares a grandes profundidades sin ser detectados. 
Sumemos la nueva táctica de ataque que es a base de misiles dirigidos, se han convertido en el arma más letal de cualquier armada moderna. La proliferación de estas flotas en varios países es otro indicador de su potencial. Liderado por Corea del Norte con 76 hasta Portugal con solo 2. ¿Pero la pregunta clave es cuantos países aun disponen de unos submarinos antiguos como el A.R.A. San Luis que ya no pertenecen a la modernidad de una armada? Que descansen en paz mis compatriotas en la madre patria. ¡Argentina!

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