Opinión

Anatomía del terrorismo islámico

No nos engañemos, nos enfrentamos ante un nuevo panorama bélico pero esta vez debido a razones ancestrales. Es religiosa. Comenzó, apenas entrado este nuevo siglo un 9 de septiembre del 2001 con el ataque brutal a las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington. Al año siguiente, en una remota discoteca en Bali, Indonesia el 12 de Octubre, 2002 volaron por el aire unas 200 víctimas mortales. En poco más de 2 años un personaje musulmán, Osama bin Laden, fundador del movimiento terrorista llamado Al Qaeda ya era famoso en el mundo entero. Mientras tanto, el presidente de USA, George Bush había movilizado la 7ª de Caballería contra parte del Oriente Medio, y guste o no fue el primer mandatario occidental que proclamó que la guerra contra el terrorismo había comenzado. A pocos días de las elecciones generales en España otro ataque feroz en Madrid asesina a 200 inocentes y deja un regado de heridos.
 Mientras tanto la guerra en Afganistán e Irak encrudece. El mundo sigue atónito hasta que el Reino Unido es la próxima víctima con ataque en Londres el 7 de Julio del 2005. Muy lejos otro país casi simultáneamente se une a la guerra. El 27 de Mayo una bomba en Islamabad, Pakistán mata a 18 personas con 32 heridos. Un nuevo frente se abre en el desarrollo del horror pero esta vez entre dos sectores musulmanes, sunitas contra los chiitas.
 Pero el seno de Europa occidental seguía como un avestruz como si lo que se estaba desarrollando lejos del continente no tenía nada que ver con los europeos. Lo de Madrid y Londres ya había pasado y lo de USA era problema de Bush. Mientras tanto en el año 2010 comienza la famosa primavera árabe. Caen los regímenes pro-occidental en Egipto, Yemen y Argelia. Siria bajo Bashar al Assad se resiste pero comienza la actual y cruel guerra. En junio del 2014, en la ciudad de Mosul, Irak se une una nueva fuerza terrorista, - ISIS - pero esta vez, como la Hidra de Lerna con millones de cabezas preparándose para atacar con todo tipo de ‘lobos solitarios’. Primero en sufrir siguió siendo el mundo árabe. Dos atentados en el 2015, esta vez Túnez, con ataques al sector turístico. Pero por fin ISIS da el salto al continente Europeo. Dos ataques en el 2015 en Paris uno contra la revista satírica ‘Charlie Hebro’ y otra contra la discoteca Bataclan en la misma ciudad. Les siguieron varios más. 
El terrorismo islámico había cimentado su huella entre los europeos. Pasemos al efecto en la política europea. Nace en el Reino Unido el UKiP, partido ultra derechista que conquista a los pueblos con el lema de frenar la inmigración amenazadora. En Francia sube en poder otro partido del mismo color, Frente Nacional y otro más en Holanda, el Partido por la libertad. Mientras tanto el terrorismo islámico sigue extendiéndose con fuerza en otros lugares remotos del planeta, como Nigeria en África pero lo peor es que brota el antagonismo y persecución contra otras religiones. Comienza la persecución concreta de los cristianos. Por eso el panorama mundial ya tiene forma y color de una nueva guerra mundial escalofriante y aterradora. En medio de este maremoto llega el Reino Unido con su Brexit. La primera ministra, Sra. May decide invocar el artículo 50 del divorcio de Europa. ¡Pero zas! Un nuevo atentado terrorista en Londres en vísperas de la firma. ¿Y qué pasa en España? Aparte de la gran labor de las fuerzas de seguridad un gran sector de la política sigue atacando a la Iglesia Católica. ¿Por qué? ¿Alguien entiende esto?
 

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