Opinión

Marisquiño sí, y con todas las garantías

En 2020 O Marisquiño cumplirá 20 años y Vigo podrá celebrar que cuenta con un evento de dimensiones internacionales, quizá el único de impacto real de cuantos se celebran en la ciudad, y el mejor respaldo a la proyección externa de su imagen. Lo ocurrido en la noche del domingo al lunes ha sido un accidente serio y la investigación tiene que llegar al fondo para comprobar qué ha ocurrido, qué ha fallado para que se viniera abajo un paseo marítimo en plena fiesta. Todo parece apuntar a una serie de circunstancias encadenadas, comenzando por un fallo de la estructura, que no estaba pensada desde luego para soportar cargas más allá de paseantes sobre los listones de madera, añadido a la falta de mantenimiento, en parte por las discrepancias sin fin sobre qué le toca aportar a cada administración. Pasa también en Bouzas donde ya ha habido problemas. Un asunto a resolver para evitar males mayores en el futuro tras haberse rozado la tragedia.
El Marisquiño tiene que seguir y crecer, como lo ha venido haciendo cada vez a mayor ritmo, sin parar. Cuando se puso en marcha era apenas un festival de amigos centrado en el skate, que se celebró primero en el parque del Castro y más tarde en Samil. Sólo en 2007 comenzó su verdadera expansión al trasladarse a las Avenidas, donde desde entonces se desarrolla el festival que incluye otras especialidades, como el BMX, que se ha convertido con todo derecho en un clásico del verano en España, y música alternativa. Los datos de participación, visitantes, hoteles, y las cifras de negocio, 16 millones el pasado año, sólo dan una idea parcial de lo que supone para la ciudad. Hay además otro componente inmaterial, de prestigio y marca. 
Vigo tiene que mimar el Marisquiño porque se juega mucho con que lo ocurrido este año no frene su desarrollo o incluso cuestione su propia continuidad. En ningún caso debería ser así, sino al contrario. En primer lugar, hay que fijar las causas y de ahí extraer responsabilidades e indemnizaciones e incluso cabe plantear si el lugar elegido para el festival es el mejor por su ubicación central o convendría volver a los orígenes. En todo caso, un asunto de menor importancia, cuando todo  pasa, en definitiva, por extremar al máximo las precauciones y garantizar la seguridad para que dentro de dos años O Marisquiño conmemore su vigésimo aniversario con una edición especial. Vigo lo celebrará por duplicado. 

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