Opinión

Que rarito soy, Dios me conserve tal cual

Uno es educado, pero no como los demás, servidor fue formado gracias a la escuela, y luego por la familia, al revés de lo aconsejable.
La extinta Escuela Oficial de Periodismo, de la que fui alumno, dicen algunos que era franquista,  y con esa simiente no podía dar otro fruto que adictos al Movimiento. María Jubilia Fernández Bustamente, netamente de izquierdas, fue un caso que les desdecía. Ella trabajó con ecuanimidad en la Administración ocupada por los socialistas y para los adversarios, al frente el Felipe- Isidoro. ¿Se lo pondrían por San Isidoro de Sevilla, el sabio que llegó a santo?. No creo que González quisiera verse santificado, con el esfuerzo que ello supone. Por ejemplo, tener que evitar las malas compañías, que según los cínicos “son las mejores”.
Isidoro-Felipe ha cambiado de estatus, y debe estar jartándose de zarzuela de mariscos, que no sé que tal la preparan en Marruecos o en América del Sur. Lugares a los que no se sabe muy bien a que va, salvo para servir a Slim, el mejicano. Los otros amigos de hoy del otrora considerado con madera de estadista, no transmiten precisamente una imagen de gente de clase media. Así no se llega a la Zarzuela fuera del plato y con vitola de presidente de la República.
Como Jubilia (Juby), fallecida hace poco, otro compañero de curso en aquella Escuela de Periodismo, era Alfredo Amestoy, que no me lo imagino ni disfrazado de franquista, a pesar de lo histriónico que el es. La verdad sea dicha, que le veo muy pegado a la derecha, y a lo peor, deben pensar algunos, por esas creencias suyas dejó la Escuela de Madrid por el Instituto de Periodismo de Navarra, donde hace cincuenta y muchos años había indicios a tutiplén de que allí el Opus Dei jugaba y hoy juega en su campo
Tenemos en la memoria, la colectiva y la otra, a Cristóbal Martínez-Bordiu, cardiólogo, el primer yernísimo de la reciente historia de España. Se prodigaba en sus coqueteos, no digo si femeninos, económicos, políticos… El Marqués de Villaverde, o sea Cristóbal, quiso imitar al doctor Barnard, en el currículo de este la primera operación de corazón del mundo con éxito, ¡cuánto tiempo! Martínez-Bordiu se empeñó en imitar a Barnard y su paciente no vivió para contarlo; era gallego, o sea como su suegro,  pero en buena persona. Que Dios tenga en su gloria al Marqués de Villaverde, pero pagando. Algunos aseguran que el marido de Carmencita Polo está en el infierno, sin soltar el influyente brazo corrupto de su padre político.
Evitamos ya que el prólogo sea mas largo que el texto central y hasta el epílogo, si lo hubiera. Me van a hacer la  pregunta: ¿A donde va con “Qué rarito soy, Dios me conserve tal cual”. Veamos qué camino he tomado.
Cuando escucho a alguien que la Guardia Civil lo que busca no es servir al ciudadano, sino recaudar mas para Hacienda…digo : “Tate, un infractor consumado”.
Cuando en una encuesta sobre los bienes materiales e inmateriales, le proponen para escoger entre salud, dinero y amor y dice sin dudar que la salud… “Tengo ante mi –digo- un rico, al que lo que le importa es el dinero, que piensa que todo lo compra, incluso la salud.
Cuando escucho a un estudiante universitario  llamar hueso a su  profesor porque catea mucho , entonces…”Digo para mi que este no es un estudiante que hinca los codos, que a lo peor mata el tiempo con el  botellón.”
No me apeo de las tres conclusiones, pero como hay mucho personal que quiere parecer progre y la progresía es, en su visión  de la vida, la que niega esas tres evidencias, pasamos a otras tres: la fe, la esperanza y la caridad, de catecismo. La fe no está en su mejor momento, que no hay  lleno prácticamente en ninguno de los templos de Vigo incluso en la misa mayor, si exceptuamos si acaso Santa María, también Concatedral, que Colegiata dejó de serlo nada menos que en 1957. La esperanza que tenemos los españoles de bien de que este año, después de los del veintiséis jota, no haya otros comicios para elegir a los que calientan mullidos asientos en el Senado, que el Congreso se divierte, también título de película.  Y la caridad, qué decir de la caridad. No son pocos los que están empeñados en que “la caridad empieza por uno mismo”. Ya dan un paso para la corruptela, cuando menos.
Sobre los tres cuandos…Cuando escucho a alguien…Cuando en una encuesta… Cuando escucho, otra vez…Estoy dispuesto, si es necesario, a rectificar en todos los casos. Ya dijo Savater, el filósofo, que cambiar de opinión no es traicionarse a uno mismo; que lo recuerdo de memoria y quizá no sea literal. A cambio de mi sacrificio, los del primer bloque deberán confesar en público cuántas veces les ha sancionado justamente la Guardia Civil. El segundo grupo, por delante la preferencia de la salud frente al dinero deberían ser rociado con preferentes ruinosas, que no le quedaran recursos ni para comprar una aspirinas. Llorarían por no tener euros, aunque rebosaran salud.
Conclusión final: Las personas, las cosas no son  blanco o negro, están los grises. No confundir con la Policía Armada da ”negra noite de pedra”.
 

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