Opinión

Las dos caras de “Billy el Niño”, héroe y maltratador

Desenfunda, muchacho”, se atrevían a decirle a aquel que había dejado de ser barbilampiño poco tiempo atrás. Le mataron a los 21 años y ese era el número de muertos que había provocado en el Oeste americano. Según “Jot Down Cutural Magazine” sus últimas palabras las pronunció en español: “¿Quién es? ¿Quién es?”. En una carta que escribió se mostraba así de valiente: “No me asusta morir luchando  como un hombre, pero no me gustaría que me ejecutaran desarmado, como a un perro”. Iremos primero con el de casa.
A este lado del “charco”, hubo otro “Billy el Niño”, que no pudo lucir el apelativo “The Kid”, que es niño en inglés. Al de allá algunos le tildaban de héroe, cuando era un bandido y un asesino, en tanto al hispano todos, excepto algunos correligionarios y su jefe Conesa –tal para cual con los “rojos”-, ambos en la Brigada Político Social franquista, a Antonio González Pacheco, así se llamaba nuestro Billy, se le calificaba de torturador. Tuvo réplicas con mas o menos matices en provincias y en Vigo se puede hablar de Waldo López Mazairas. Si la memoria no me falla, fue primero jefe de la Brigada citada, con asiento en la Comisaría de Policía de Vigo y sería comisario jefe con despacho en la calle dedicada al escritor humorista vigués Luis Taboada, triunfante en Madrid entre finales del XIX y principios del XX.  
No puedo decir de López Mazairas que fuera un torturador, pero si no lo fue lo serían otros de su Cuerpo policial con destino en Vigo. Era el baile que marcaba la dictadura. Allá a finales del verano de 1966 dejé Madrid, donde había trabajado como redactor en “El Alcázar”, en la época que los Excombatientes se lo arrendaron a “PESA”, empresa que decían próxima al Opus Dei, pero a mi nadie me aconsejó que tratara bien o mal a la Obra. Al tiempo tuve despacho de delegado de “La Voz de Asturias” de Oviedo, que dirigía el poeta y periodista José Díaz Jácome y fui corresponsal de “Tele Expres” de Barcelona, diario este con aires de modernidad y que había impulsado Carlos Sentís, periodista de gran categoría. Con mi vinculación a tres medios los contactos que establecí fueron buenos. Entre otros estaban los de Comisiones Obreras.
En agosto de 1966, ya como delegado de  “El Correo Gallego” tuve una cita con Manuel Fernández  Cachán, al que el Partido Comunista de España había enviado a Galicia, donde organizó la red organizativa de Citroën a través de Benavides, otro clásido del sindicalismo antifranquista. A Cachán y me lo había recomendado el entorno de Marcelino Camacho como informante idóneo. Nos citamos en el desaparecido Café Derby, de Albino Mallo, padre de periodista y este con el nombre y apellido del propietario del local de las tertulias históricas, de Valentín Andrade, por ejemplo. Servidor había ido acompañado de mi esposa, para darle un falso aire familiar a la reunión.¡Allí estaba López Mazairas! A mí, que no había tenido “contactos desagradables” con los represores, el encuentro me produjo un ligero escozor en el cuello. Cuando dejó Vigo Fernández Cachán, se fue a Madrid, para seguir trabajando por la causa. Lo hizo en las CCOO de Renfe y a decir de algunos lo hizo muy bien tanto sindical como políticamente, en Comisiones era de la rama del Partido Comunista de España. 
Xosé Luis Méndez Ferrín, uno de nuestros grandes escritores en gallego, para algunos el primero, habla de López Mazairas en sachoefouce.blogaliza, en la 3ª entrega dedicada a 1968. Se refiere el escritor a  su detención a poco de regresar de un viaje a América, en el que hizo trabajo político. Lo detuvieron en el Instituto Santa Irene, donde era catedrático.“(…) Conduzíronme á comisaría da rúa de Luis Taboada, onde tantos galegos sufriron duros interrogatorios e torturas, aínda que este último non fora o meu caso (…)”. Dice que en la dependencia policial “(…) despregaron –o “Correo de Galicia”, de Bos Aires- sobre a famosa mesa de cristal nunha de cuxas esquinas habería de perder o ollo Xosé Carlos Abal no curso dun interrogatorio (…)”. Abal era dirigente de un sector urbano del movimiento vecinal de Vigo y se le acusó de estar implicado en el intento de secuestro de Eulogio Gómez Franqueira, alma del movimiento cooperativo orensano y político en las filas de UCD. Aquel secuestro lo intentó el etarra “Zapatones”.
López Mazairas mandó llevar a Méndez Ferrín  a un calabozo “fedorento” –según su testimonio-  y en Comisaría  se le puso a disposición de la autoridad militar. Prosigue el relato, pero no afecta a las historias que hoy contamos.
“Wikipedia”, da las películas sobre el muchacho.  No habrá muchos personajes a los que el séptimo arte haya prestado tanta atención: entre 1911 y 2007 queda a un solo filme de los 50. El personaje había muerto, parece que de un tiro a bocajarro en julio de 1881.Franciscojaviertostado.com dice de Billy que era “(…) capaz de atravesar con su Colt 41 una moneda seis veces antes de que tocara el suelo (…)”. 
Ayer mismo, supongo que hoy y pasado mañana amazon.es ofrecía la que en España ha sido la serie más popular del Oeste, “Bonanza”. Desde un DVD del Reino Unido a otro de Alemania. ¡Qué música aquella,que hoy suena a tambores lejanos!

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