Opinión

Seamos coherentes, pensar y actuar de la mano; o no

Coherente, según la 2ª acepción del primer bloque de las que nos ofrece “thefreedictionary”  “(…) se aplica a la persona cuya forma de pensar no se contradice con su forma de actuar (…)”.  Por eso y por el “o no”, habitual en él, pienso en un gallego de Santiago de Compostela cosecha de 1955, que se llama Mariano Rajoy Brey.
“El diario.es” recoge una información de fecha 26 de julio de este año, relativa a la comparecencia del máximo responsable del Partido Popular y presidente del Gobierno. El motivo es la respuesta del compostelano en la Audiencia Nacional, a las preguntas del personal judicial y supongo que de los legitimados para intervenir.  Era en relación con la Gürtel, que en su día consumió mucho papel prensa, así como tiempos generosos de televisiones y emisoras de radio. En la fecha indicada del verano pasado, Gabriel Rufián,  ¡vaya apellido para un político!, sin la menor duda, en la vida pública como en la privada, ajeno  al comportamiento rufianesco,  que no es otro que hacer del engaño a los demás su razón de vida.
El personaje es portavoz adjunto de Esquerra Republicana de Catalunya, que dijo lindezas como estas sobre el citado presidente del Gobierno de España: “Hoy hemos visto al señor Rajoy haciendo una infanta, haciendo un borbón –así, con minúsculas.…- Prácticamente le faltaba decir que lo hacía por amor (…)”. En un momento dado se dio a conocer un video del inquilino de la Moncloa, donde estaba así de expresivo: “La respuesta tiene que ser gallega, no iba a ser riojana”.
“Los genoveses”, habituales en la crítica al Partido Popular nos muestran una imagen entrañable de tres generaciones. Aparecen  fotografiados juntos Rajoy Brey con su hijo y el abuelo de este Mariano Rajoy Sobredo, que presidió la Audiencia Provincial de Pontevedra, donde le tocó torear con un bicho de mucha fortaleza y eco singular en los medios de comunicación. Me refiero a la desaparición de cantidades ingentes del aceite de REACE, en Redondela, también con depósitos en Guixar-Vigo. Aquella historia tremebunda se cobró dos muertos. Y  le pasó rozando al hermano del entonces jefe del Estado, Nicolás Franco. Al magistrado, que vive en la Moncloa, lo conocimos mi esposa y servidor en 1971, en un acto convocado por el entonces alcalde vigués, Antonio Ramilo Fernández Areal, que fue regidor de Vigo en 1970-1974. Había  nacido en Buenos Aires y en Vigo fue presidente del Sindicato vertical de Construcción y luego fundó la organización que reunió a los empresarios de la  provincia. En la consistorial  de plazas de la Princesa y Constitución fue sustituido por Tomás Massó Bolívar,  apellido de una saga de conserveros y que creo, fiándome de la memoria, que fue primer teniente de alcalde del industrial  granitero. Dado que Antonio  ocupaba casi toda su vida pública a la política era su hermano Octavio Ramilo y Fernández  Areal el que atendía el negocio familiar, “Granitos Ramilo”. Este está venturosamente vivo, como el ex directivo de la empresa y concejal vigués José González Araujo, que escribió la historia de la empresa y del importante sector del granito, padre de los dos citados, él Octavio Ramilo, iniciador del negocio en O Porriño.
El abuelo paterno del actual presidente del Gobierno,  Enrique Leloup Rajoy, según “los genoveses”, era santiagués, como su nieto, prestigioso abogado y uno de los artífices del primer Estatuto de Autonomía, el de 1936, que es bien sabido no se pudo aplicar al producirse el levantamiento de Franco y una buena parte del Ejército. Entre los autores del proyecto autonómico de 1936 estaban también Alexandre Bóveda, al que sus creencias le costaron la vida y Manuel Iglesias Corral, alcalde de A Coruña en aquel momento y como consecuencia del segundo Estatuto, ocupó uno de los 24 escaños de UCD, frente a los 26 de AP, hoy PP, durante la 1ª Legislatura del Parlamento de Galicia (1981-1985). Fue el autor de la celebrada frase: “O que tiña que pasar pasou”.
Superamos el ser coherente, que según el mentado “thefreedictionary”  tiene como sinónimos consecuente, congruente, acordó y conforme y de antónimo, incoherente.
Un asunto que desgraciadamente viene a primer plano es el del terrorismo yihadista. Hace unos días, el domingo 29  de octubre de 2017 daba su testimonio Robert O´Neill, el soldado norteamericano de elite, que acabaron con la vida de Osama Bin Laden, un millonario que dedicó sus recursos a sembrar el terror por todas partes, a partir del ataque a las Torres Gemelas norteamericanas en 2011. Entonces cambió la concepción que teníamos del mundo y no tardamos en saber que el “cerebro” de aquella agresión había sido Bin Laden. Él y sus correlígionarios hicieron temblar al mundo, una y otra vez. Del fanatismo hablaba Sergio Sinay con fecha 30.4.2017, en “La Nación. Revista”, donde se refería al fanatismo como la agonía de la razón. Colocaba como los más peligrosos a los fanáticos políticos y religiosos.

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