Opinión

Plomo en las alas

Por un momento parecía que la exministra de Sanidad, Ana Mato, no había estado sentada nunca en la mesa del Consejo de ministros. Ninguna referencia del presidente del Gobierno en su intervención inicial durante el pleno sobre las medidas para luchar contra la corrupción que ha estado marcado por el auto del juez Pablo Ruz en el que ha señalado a la exministra y al propio Partido Popular como partícipes a título lucrativo de la trama Gürtel. Y cuando apareció su nombre fue para exculparla, tanto por parte del portavoz parlamentario, Alfonso Alonso, como por Rajoy que recordó que no ha participado en ignorado la comisión de los delitos por los que ha dimitido.
Rajoy ha llegado al pleno con plomo en la alas y tuvo que escuchar en directo la petición de que demuestre el mismo deseo que Ana Mato de no dañar al Partido Popular y que alguien de su partido -y en tiro por elevación el mismo-, asuma responsabilidades dado que están citados en el auto del juez Ruz por el mismo delito de partícipes a título lucrativo de las andanzas de la trama Gürtel. Por el momento y ante los casos de corrupción Mariano Rajoy que han afectado al Partido Popular solo ha pedido perdón, y ante la falta de reacción, siempre a la espera de las decisiones judiciales, el resto de los partidos dudan de la capacidad del Gobierno para encabezar la lucha contra la corrupción, entre otras cosas porque a lo largo de los casi dos años que han pasado desde que anunció los proyectos de ley presentados hoy y la aprobada ley de transparencia apenas se ha avanzado en la lucha contra la corrupción, ni se ha cumplido por parte de muchos de los altos cargos populares la publicación de su declaración de bienes.
Son estos ejemplos, o la negativa a abrir comisiones de investigación sobre asuntos sangrantes como el vaciamiento de las cajas de ahorros  junto con la repuesta displicente que el PP viene dando a los casos de corrupción en los que se ha visto envuelto desde que surgiera el caso Gürtel con todas sus derivadas, lo que motiva las dudas del resto de partidos sobre la voluntad real del PP de atajar este problema.
Los proyectos legislativos y las modificaciones legales previstas para perseguir mejor y agilizar los procesos por corrupción contienen medidas positivas en todos los aspectos y el Grupo Parlamentario Popular está dispuesto a negociar la incorporación de aportaciones pactadas con otros grupos, entre los que no va a estar el socialista que por boca de su secretario general ha negado la posibilidad de un acuerdo global.  Una vez más populares y socialistas que debieran ser el eje de cualquier acuerdo se han aplicado en tirarse los casos de corrupción pasados y presentes a la cabeza, para regocijo de quienes aspiran a acabar con el bipartidismo.
Pero al menos en la valoración de la corrupción dentro del PP Rajoy va variando sus apreciaciones hasta acercarse más a la percepción de los ciudadanos a tenor de los autos judiciales y ha pasado del “todo es falso” al “todos es falso salvo algunas cosas”, y de señalar que la corrupción son “unas pocas cosas” a reconocer que en su partido ha habido “problemas serios e importantes”. Algo es algo. Y es cierto, España no está corrompida, pero hay que tratar que la infección no se propague.

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