Opinión

Pendientes de Dublin

El futuro del Gobierno español, de su composición, se juega este fin de semana en Dublín, en la convención del Partido Popular Europeo, en la que se elegirá el candidato del centro derecha a presidir la Comisión Europea. Pero en la capital irlandesa no sólo se va a hablar de nombres sino del reparto de poder en las instituciones europeas. La intención de Mariano Rajoy es que España recupere presencia en los órganos de decisión europeo que es la forma en la que mejor se visualiza la importancia de un país. 
De lo que se negocie, se acuerde y se decida en Dublín dependerá que se precipite, o que Rajoy pueda posponer, la crisis de Gobierno. Que el destino del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete está en Europa parece ineluctable y al presidente del Gobierno le corresponde buscarle el mejor acomodo haciendo valer las fortalezas de la posición española tanto dentro del PPE como por la evolución de la economía española. 
Lo menos con lo que se conformará Rajoy es con una comisaría que lleve aparejada una vicepresidencia de la Comisión Europea, que es el cargo que ocupa Joaquín Almunia. Pero ¿por qué no aspirar a presidirla? Los tres candidatos que están encima de la mesa, son el luxemburgués Jean Claude Juncker, apoyado por Alemania y el francés Michael Barnier  junto con el ex primer ministro de Letonia Valdis Dombrovski. Los dos primeros pertenecen a países que ya han tenido un presidente de la comisión en dos ocasiones cada uno y eso aumenta las posibilidades de un candidato español. El tercero pertenece a uno de los países de nueva incorporación que necesita más rodaje europeo. El handicap es que el presidente saliente, Durao Barroso, pertenece a otro país del sur de Europa. Otro factor que habrá que tener en cuenta es si conviene que los comisarios sean o no parlamentarios europeos. Si no es preciso Arias Cañete no tendría que dejar el Gobierno hasta que fuera a ser nombrado para su nuevo destino en Bruselas en el mes de octubre. En este juego de intereses también se decide el futuro del ministro de Economía Luis de Guindos a quien el Gobierno propone para presidir el Eurogrupo a partir del próximo mes de otoño. La remodelación del Ejecutivo se podría aplazar hasta entonces.  
Dado lo reacio que es a los cambios –dijo que su deseo era acabar la legislatura con los mismos ministros que la comenzaron-, Rajoy puede dar alguna sorpresa sobre quien puede encabezar la candidatura del PP al Parlamento Europeo y escoger al candidato entre los miembros de la dirección de su partido. El nombre de Estéban González Pons ya ha salido como alternativa. 
El Gobierno se juega volver poner a España entre los países con mando en plaza dentro de la Unión Europea y posnombramientos previstos serían un premio por haberse mostrado como un buen alumno a la hora de aplicar los recortes, como ha reconocido la propia comisión al sacar al país de la lista de los que merecen especial atención, pese al toque recibido sobre los desequilibrios que suponen las elevadísimas tasa de paro y deuda pública y privada y el déficit público. 
De las negociaciones de este fin de semana en Dublín, el PP se puede traer una nueva baza, en forma de cargos comprometidos, con la que alimentar su campaña electoral y obtener mejores resultados en las urnas de lo que pronostican las encuestas. 

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