Opinión

Operación Arrimadas

La cercanía de la primera cita electoral (28 de abril) está acelerando el proceso de elaboración de las listas de candidatos. En ésta tarea, PSOE Y PP parten con ventaja porque están implantados en todo el territorio nacional. Ventaja frente a otras formaciones, caso ,sobre todo, de Ciudadanos y en menor medida Podemos, cuya implantación es menor y muy irregular. En las anteriores elecciones legislativas Cs se las vio y deseó para presentar candidaturas en todas las provincias. Si no recuerdo mal tuvo un inconveniente añadido al tener que establecer una suerte de filtro de candidatos para evitar la incorporación de oportunistas. La Ley Electoral que fue adoptada en tiempos de la Transición copiando de aquí y de allá con la idea de garantizar el mayor grado de estabilidad a la recién nacida democracia española favorece descaradamente el bipartidismo. Hay una treintena de provincias en las que PP y PSOE cuentan, de entrada, con el viento a favor para sumar restos y repartirse los escaños.
Con el objetivo de luchar contra ese escenario, en principio adverso para los partidos medianos -no ocurre igual en las capitales donde el conocimiento y la fuerza del liderazgo de los candidatos juega un papel decisivo- ha trascendido que Ciudadanos estaría barajando la posibilidad de que Inés Arrimadas diera el salto a la política nacional. Bien como cabeza de lista por Barcelona, bien como "número dos", en la de Madrid, detrás de Albert Rivera. La idea parece que ha desatado cierta polémica en la cúpula del partido. Nadie pone en duda la fuerza, carisma y liderazgo de Inés Arrimadas. Se lo ha ganado a pulso luchando en desventaja contra los separatistas, pero dejar la política catalana apareja riesgos puesto que Arrimadas es la líder del partido más votado en Cataluña y allí no sobran los votos constitucionalistas. Parece que Albert Rivera, líder fundador de Ciudadanos, no vería con malos ojos la operación porque es consciente del tirón electoral de su compañera. Al decir de algunas fuentes las reticencias a la "operación Arrimadas" partirían del núcleo que rodea a José Manuel Villegas, secretario general del partido, que se ha limitado a decir que "no había nada sobre la mesa". La juventud, tanto de Albert Rivera como de Inés Arrimadas juega a su favor. No es fácil consolidar un liderazgo, pero un solo error puede arruinarlo.
"Festina lente", era el lema de Augusto, aquél hombre que llegó al poder en contra de todo pronóstico dejándose guiar por dos de las mejores consejeras posibles cuando se habla de política: la audacia y la prudencia.

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