Opinión

Giro a la derecha

A falta de elecciones, buenas son las encuestas. Estamos en temporada alta. Sociólogos y expertos en demoscopia están haciendo su agosto antes de la llegada de la primavera que es cuando se celebraran las elecciones europeas, municipales y territoriales. Salvo en Andalucía, dónde ya sabemos lo que quieren los andaluces -un cambio tras 36 años de gobierno socialista-, el resto del país espera con dispar talante la cita con las urnas.
Hay quien aguarda las elecciones de mayo con emoción y temblor de vísperas. Vísperas de gozo. Sería el caso de Ciudadanos (Albert Rivera) y en menor medida del PP (Pablo Casado), mientras que otros -el PSOE de Pedro Sánchez- huyen de las urnas por temor a que pudiera repetirse a escala nacional el batacazo sufrido en Andalucía. En ese temor parece estar acompañado por Pablo Iglesias, visto también el retroceso de su marca andaluza y los diversos frentes de disidencia que tiene abiertos en otras comunidades. Quienes, por el contrario, no disimulan su interés en acudir a la urnas son los dirigentes de Vox. Todas las encuestas les auguran una buena cosecha. Si tal expectativa se llegara a confirmar en los comicios de mayo ya hay quien especula con lo que podría acontecer en las legislativas.
El pronóstico es que la suma de las derechas (PP, Ciudadanos y Vox) podrían alcanzar mayoría parlamentaria en el Congreso. Suma que, siempre de acuerdo con las proyecciones que se obtienen de los últimos sondeos, no conseguirían las fuerzas de izquierdas (PSOE ,Podemos), ni siquiera contando con el apoyo de los partidos independentistas.
Todo son conjeturas, pero, por decirlo así, estamos ante un cambio de clima político. Un cambio de ciclo provocado por la conjunción de factores tales como la crisis económica (brutal en sus efectos laminadores para la clase media española) más el desgarro que para amplios sectores de la sociedad española provoca el "procés" separatista en Cataluña. A lo dicho y como reflejo de una pulsión minoritaria, pero real, habría que añadir los recelos que en determinadas partes del territorio español genera la ininterrumpida llegada de inmigrantes. Más de 50.000 en el último año. Con las peculiaridades propias de cada sociedad ese cambio de ciclo que orienta las preferencias de los electores hacia la derecha o el centro derecha se ha producido ya en la mayor parte de los países más desarrollados de la Unión Europea. España parece que podría seguir el mismo camino.

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