Opinión

Un Gobierno de corta y pega

El Gobierno de Pedro Sánchez supuso para muchos algo más que una estrategia de marketing. Un juez estrella, una fiscal de renombre, una experta en energía, una economista seria y europeísta, un periodista culturetas y hasta un astronauta. Llevan poco más de 100 días gobernando y la foto de colorines se ha tornado en blanco y negro. El Ejecutivo, no sólo ha resultado ser un equipo descoordinado, sino que no lleva a cabo nada de lo que prometió y sí muchos anuncios, desde luego en materia económica, desestabilizadores y generadores de incertidumbre. Ni rastro de la reforma laboral, ni de la lista de los que se acogieron a la amnistía fiscal, ni de la hiper urgente reforma del sistema de financiación de las Comunidades Autónomas.
Muy al contrario, estos poco más de 100 días han servido para cometer tropelías en el Parlamento, generar desconfianza en los mercados, agravar la desaceleración económica, ralentizar la creación de empleo y provocar la contracción del consumo. Los anuncios, las rectificaciones, la inseguridad y las cacicadas están logrando desconcierto en el sector inmobiliario, en la producción de automóviles, en la bolsa, en la colocación de deuda o en los poseedores de planes de pensiones. El gobierno pretende subir el IRPF, la fiscalidad del ahorro, la utilización del diésel, el Impuesto de Sociedades, la propiedad de viviendas o la cotización de los autónomos. Cierto que no sabemos si logrará aprobar todas estas medidas de aumento de los impuestos para gastar más. Pero, el mero hecho de su anuncio, y además de una forma descoordinada, está logrando cosechar un rechazo indescriptible, puesto que no responde a un plan coherente en el que se tienen en cuenta todas las variables. Sin ir más lejos, el gobierno está haciendo las cuentas de la lechera con la recaudación y se puede encontrar que no sólo no recauda lo previsto, sino que baja la recaudación.
Un Gobierno de corta y pega al que se le acumulan los frentes abiertos. Y no sólo por tener al frente a un presidente que miente y plagia sin despeinarse, sino que todos y cada uno de los ministros parece ir a la suya y siempre débil y en manos de lo peor de cada casa.

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