El secretario general del PSOE, después de haber firmado pactos hasta con el "sursum corda" para visualizar que la derrota monumental de las municipales, donde los socialistas cosecharon el peor resultado de su historia, era menor gracia a los acuerdos, ahora se propone convencernos de su viaje al centro. Primero, exhibiendo una enorme bandera de España en su presentación como candidato socialista a La Moncloa, celebrada este domingo en el Circo Price de Madrid. Y, segundo, con la elección de un gobierno en la sombra, donde va a tener un papel preponderante el que fuera ministro de Zapatero, Jordi Sevilla. Esta elección supone, al menos sobre el papel, alejar en materia económica al PSOE de cualquier tentación de medidas populistas o radicales. Es lo que se puede deducir de los numerosos documentos y artículos que durante estos años ha venido publicando Jordi Sevilla. Para los que no lo recuerden, el ministro que se atrevió a decirle al entonces presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, que algunos fallos que en materia económica tuvo en una rueda de prensa, se arreglaban con dos tardes de economía.
Sevilla no duró mucho en el gobierno de Rodríguez Zapatero y fue bastante crítico con muchas de las medidas que se tomaron sobre todo por parte del entonces jefe de la oficina económica de Moncloa y después ministro de Industria, Miguel Sebastián. Como les suele pasar a todos los socialistas, aunque moderados, algunas de sus ideas son las de siempre. Por ejemplo, bajar cotizaciones sociales, pero con subidas de impuestos. O aumentar el gasto para mejorar la cobertura de desempleo o crear nuevas prestaciones no contributivas con cargo a la Seguridad Social. Se podría decir que la cabra tira al monte y que habrá que ver al final cómo se plasma todo el bagaje de Sevilla en un programa electoral socialista. Hasta aquí podemos leer.
