Opinión

Referentes

Es gratificante encontrar en el mundo de las finanzas y la empresa a directivos con sensibilidad, que son capaces de ver un poco mas allá de los fríos informes de las cuentas de ganancias y resultados. Con Ana Varela me ha sucedido eso. La ex directora financiera de la Fundación Barrié no dudó en aceptar mi invitación a participar en un proyecto singular, Madrinanet. Un intento de aprovechar el conocimiento, experiencia y profesionalidad de las seniors para que las jóvenes emprendedoras reciban ese saber y lo apliquen a sus iniciativas empresariales. 
Ana no dudó en aceptar. Simplemente por compromiso profesional y humano con las mujeres que se están formando.
Hace poco tiempo dejó la Fundación para trasladarse a París como directora de Presupuesto, Programa y Finanzas en la OCDE.  Es una ejecutiva de nuestro tiempo, una mujer preparada y con una amplia experiencia en convertir ideas innovadoras en proyectos viables y rentables. Pero además de un curriculum inmejorable, Ana nos demostró en Executivas su capacidad para percibir el talento por incipiente que fuese, se dio cuenta de la necesidad de apoyar causas aunque no respondieran a los requisitos de viabilidad y rentabilidad. Entendió que trabajar para que las mujeres consigan el reconocimiento a su trabajo y a su valía es un compromiso personal y que ningún informe financiero, ningún plan de negocio es capaz de recoger la trascendencia que tiene que sean mujeres quienes lideren esos proyectos e iniciativas.
Ana Varela es una de nuestras referentes en Galicia, es una de esas mujeres que deben ser reconocidas por su trabajo; porque son modelos a seguir para las generaciones que vienen. Y no es la única.
Estas últimas semanas he recorrido Galicia reuniéndome con mujeres líderes en variados sectores, con abogadas, economistas, comunicadoras, médicas, empresarias, ingenieras, diseñadoras, expertas en marketing etc., desde Lugo a Vigo, en Santiago y en Coruña, en el interior y en la costa. 
He conocido a un torrente de talento femenino, he descubierto asombrada la cantidad de iniciativas que llevan adelante, el alto nivel de formación y de profesionalidad y, también, el convencimiento de todas ellas de lo  necesario que es trabajar en común para conseguir mayores niveles de visibilidad. No podemos pasar de puntillas, sin que nadie se de cuenta, sin que nadie se percate del valor de las mujeres profesionales. 
He constatado que probablemente no somos (no son...) conscientes de lo que tenemos ahí fuera. De la enorme energía y capacidad creativa y de trabajo. ¿Cómo me pueden decir “es que no hay” mujeres a la altura de lo que estos tiempos demandan? Quienes piensan y dicen eso no conocen un ápice el talento que cada año sale de las universidades. En París reconocen la valía de Ana, enhorabuena. Son miles las Anas que vienen detrás. 
 

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