Opinión

Un día redondo

Hay días redondos. Días en los que el destino hace justicia, como si una mano angelical hiciera alguna alquimia mágica.
Aconteció la semana pasada, el mismo día: el 25 de mayo. El premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales fue para la historiadora Mary Beard, catedrática de la Universidad de Cambridge, por sus trabajos sobre el mundo antiguo y la comunicación moderna. Además de poner en valor que sea una mujer la elegida, este galardón ofrece la ocasión –también-  para recordar que ellas siguen siendo minoría en estos prestigiosos premios. 
Así, de los 349 galardonados en su historia , 37 han sido para mujeres, es decir, un escaso 10%. Pocas, muy pocas. ¿Tal vez tenga algo que ver el hecho de que en la Fundación Princesa de Asturias sólo hay una mujer?. Probablemente. Está constatado que la elección  de los premiados está condicionada por quienes forman los jurados que seleccionan.
De las ciencias sociales nos vamos a la investigación científica por excelencia. Un consorcio internacional coordinado por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) recibió ese mismo día el premio L'Oreal Paris USA-MRA Team Science for Women in Scientific Research concedido por la Alianza para la Investigación del Melanoma . La líder de este grupo de investigación es una mujer y, además, gallega: la investigadora Marisol Soengas. Este premio es el primero que reconoce la colaboración de mujeres investigadoras en el campo del melanoma maligno.
Tantas veces nos quejamos de la falta de reconocimiento a la labor científica de las investigadoras. A lo largo de la historia sus trabajos fueron silenciados y ocultados, muchas veces de manera intencionada, otras por la inercia machista natural que aun  prevalece. Por ello, cuando esta inercia se rompe aunque sea de manera puntual y aplaude y premia a las mujeres es necesario decirlo en alto. 
De estas dos grandes noticias para el reconocimiento a la aportación femenina a las ciencias nos enterábamos el mismo día en el que, en Santiago de Compostela,  la directora de orquesta americana  Karen Kamensek debutab  con la Real Filarmonía de Galicia.  Ella será la única mujer que dirija en toda la temporada la orquesta compostelana y la quinta que lo hace desde la creación de la entidad hace 20 años.
Kamensek es una  excepción. Dirige la Opera de Hanover, pero reconoce que el mundo de la música clásica está muy lejos de la igualdad. La música es un mundo reducido y mayoritariamente masculino donde las mujeres se van haciendo hueco a paso de tortuga. En España tenemos nombres destacados, es cierto. Gloria Isabel Ramos Trillo, María Isabel López Calzada o Inma Shara por citar algunas, pero ninguna tiene o ha tenido puestos destacados en orquestas de prestigio. Es, como siempre, la puerta que se abre un poco, lo justo para que no se diga....pero los puestos de dirección estables siempre están en manos masculinas. 
En todo caso quedémonos con lo positivo, con ese día en el que se ha reconocido a tres mujeres, a tres grandes. Al menos tenemos la prueba de que el cambio es posible.
* Presidenta de Empresarias
 de Galicia
 

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