Opinión

Cóctel desigual

Si tenemos en cuenta que el 63% de los españoles considera que las mujeres no valen para ser científicas, que sólo el 18% de los premios científicos recalan en manos femeninas y que ellas no ocupan ni siquiera el 20% de los puestos y cargos directivos en el mundo de las ciencias, tenemos el cóctel perfecto de la desigualdad.
Para más inri esto no es en ningún caso una exclusividad española, ya que para nuestros vecinos franceses, alemanes italianos o británicos el porcentaje sube casi al 70%; es decir, siete de cada diez piensa que las mujeres carecen de interés por la ciencia, no cuentan con espíritu analítico ni racional ni práctico y tampoco son perseverantes. 
Parece por tanto natural y necesario que vistos estos estimulantes resultados de un estudio realizado a más de cinco mil europeos  desde el programa La Mujer y la Ciencia, de la UNESCO, se haya tomado la iniciativa de realizar una campaña titulada  “Cambia las cifras”, para intentar revertir este panorama desolador. La campaña está compuesta por un video promocional y por un manifiesto firmado por más de trescientas personalidades, desde la Premio Nobel de Medicina del 2009 a periodistas como Carlos Herrera o Susana Griso. En el manifiesto se insiste en la urgencia de dar visibilidad a la labor de las científicas españolas y reconocerlas en los premios donde están infrarrepresentadas.
Hace 50 años podíamos explicar esta situación por una escasa presencia femenina en las facultades, pero hoy esa explicación ya no vale. Desde hace muchas décadas las mujeres forman parte de la vida universitaria, incluso de manera mayoritaria en algunas facultades. Pero una barrera invisible impide que esas mujeres asuman los puestos de responsabilidad que les corresponden.
Enhorabuena a la iniciativa porque ataca el problema de raiz: estamos luchando contra un legado histórico de estereotipos, prejuicios e ideas preconcebidas que ya no responden a la realidad que vivimos. Las mujeres ya han demostrado de sobra que tienen las mismas capacidades y por tanto ya va siendo hora de que tengan las mismas oportunidades. Parece mentira que en pleno siglo XXI haya que explicar esto a cientos de licenciados y doctores universitarios.

(*) Presidenta de Executivas de Galicia.
 

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