Opinión

Los saqueadores

Como buitres de la peor calaña se han comportado presuntamente los elementos corruptos enquistados en partidos políticos, sindicatos y administraciones varias, insaciables de avaricia, en la última década. Frente a estos miserables existen mujeres de demostrada valentía, como la juez Mercedes Alaya que les hacen frente en un alarde del rigor profesional que se le presupone a nuestro sistema judicial, y que a estas alturas de la insostenible y desbordante situación (reconocida así por el fiscal anticorrupción), aún carece de los medios humanos, económicos e informáticos necesarios para combatir la marea de corruptelas que lo inunda casi todo. Recientemente esta juez ha elevado al Alto Tribunal la causa contra los expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán en el caso de los ERE falsos, con 201 imputados, entre los que se incluyen cinco exconsejeros aforados. Aunque el récord Guinness de la presunta malversación y fraude de los dineros públicos, me temo que lo van batir en Cataluña donde únicamente conocemos  aun la punta del iceberg de una presunta corrupción elevada a su máxima exponencia y que nos viene de la mano del "honorable" Sr. Pujol y de su entorno. Ya veremos quienes forman parte de ese "entorno".
Mi reflexión ante esta coyuntura me surge en formato pregunta. ¿Responde la política de hoy a los problemas e inquietudes ciudadanas?
Voy responder desde una posición conservadora moderada, que se complementa con unos ideales que abrazan el liberalismo económico, y que  resumen mi pensamiento ideológico. Pensamiento desde el cual observo un aumento, más que preocupante, del descrédito del político y de la política en sí, alimentando de esta forma una desafección progresiva y en auge de la 'clase política' en general.
Tal descrédito solo se puede frenar con credibilidad (y esta solo se consigue transmitiendo la realidad de una forma nítida, sin ambigüedades y sin sombras que la oscurezcan), ejemplaridad (siendo el político el primero en predicar con su ejemplo lo que a posteriori va solicitar a otros), honestidad y transparencia (fundamental en la recuperación de valores perdidos), y humildad y entrega (esencia de la vocación de servicio a la sociedad). Estos y no otros son los pilares en los que debe basarse cualquier persona con inquietudes ideológicas, sean estas del signo que sean. Y todo ello me deriva a manifestar que la Regeneración democrática, que defiendo a ultranza y que forma parte del compromiso electoral de mi partido, puede y debe ser la herramienta que signifique un antes y un después en todo este despropósito que estamos viviendo. Por lo que el impulso y compromiso de regeneración democrática por el que clama nuestra sociedad debe estar ligado a la ejemplaridad  y al buen funcionamiento de las instituciones y sus representantes y para la cual demando agilidad en su total implantación para que se convierta en la respuesta solicitada por la sociedad en general.

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