Opinión

Jóvenes sin derecho a vivienda

Con los últimos datos del INE en la mano la conclusión es nítida, la ciudad de Ourense ocupa los últimos puestos del índice de actividad económica y laboral de toda España y recordando que este indicador municipal de actividad está calculado como el cociente entre la población activa (que es la suma de ocupados y parados) estimada a mitad de año y la población de 16 y más años en ese momento. Pero hay más, y así el reciente estudio del Foro Económico nos traslada que Galicia ha perdido, en tan solo los últimos 4 años, a más de 65.000 jóvenes activos liderando así el éxodo juvenil laboral. Terribles y tristísimos datos.
Y aquí no se acaba. El último informe de FEGEIN es un serio aviso de una problemática que ya la tenemos ahí y que nuestras administraciones siguen sin saber dar soluciones reales a un problema que se agrava aún más cuando hasta un 88% de nuestros jóvenes menores de 30 años no puede disponer de una casa en propiedad y cuando hasta un 45% de estos tampoco puede afrontar un arrendamiento que en muchas ocasiones le supone prácticamente la totalidad de sus ingresos. 
¿Y qué se puede hacer? Pues primero hacer autocrítica y a continuación observar las medidas que se están tomando en otros países para ver su retorno. Por esto mismo vuelvo la mirada hacia nuestros vecinos; Portugal. ¿Y qué están haciendo allí? Pues el Gobierno de Portugal pretende mitigar la subida de los precios de las viviendas y de los alquileres con medidas que potencien arrendamientos de larga duración, sobre todo a aquellas personas más jóvenes, de mayor edad o con algún grado de minusvalía. Ofreciendo deducciones fiscales en las rentas (tantas veces demandado por este que escribe) por el alquiler a los propietarios que firmen contratos de tres años o más de duración. A
mayores han aprobado un paquete de medidas que aseguren que el arrendador va a cobrar el alquiler y que permita a los inquilinos seguir pagando la renta, punto clave para dar seguridad al propietario y que afloren las viviendas vacías al mercado del alquiler para que la nutrida oferta contribuya a mitigar los precios de los arrendamientos. 
Y por último se ofrecerán ayudas a aquellos edificios que se
rehabiliten y dediquen sus viviendas al alquiler. Y precisamente aquí, en este último apartado el mayor exponente de retorno en positivo lo tenemos en la magnífica ciudad de Oporto, donde se ha dejado a la iniciativa privada que tome las riendas, siempre regulada y supervisada por el Ayuntamiento, y en la cual los magníficos resultados saltan a la vista. Sin duda, el ejemplo de Oporto es un faro a seguir, por su rehabilitación y recuperación ordenada y planificada en todos sus detalles, con un turismo floreciente, un sector servicios motor de creación de empleo y una rentabilidad para su comercio local que a día de hoy es un verdadera imagen de ciudad moderna, cosmopolita, de vanguardia y de recuperación arquitectónica integral con un modelo de regeneración urbana de matrícula de honor. 
En conclusión: conocimiento de las actuaciones a desarrollar , planificación, sentido común y coherencia en la ejecución de las medidas a tomar. ¿Es tan difícil? Pienso que no ,y si me preguntasen que modelo de rehabilitación y recuperación económica y social querría para mí ciudad, Ourense, pues se lo acabo de describir: Oporto es el modelo a seguir, sin la más mínima duda. 

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