Opinión

Fin de carrera

Estos días asistimos al acto de graduación de muchos jóvenes(entre ellos mi hija).A todos  les deseo lo mejor en sus vidas y en su futura proyección laboral.
Y una vez finalizada la carrera universitaria nuestros hijos comienzan una nueva etapa ,la del ingreso en el mercado laboral .Por lo que es bueno saber que nos dicen los datos oficiales ;
De 330.200 jovenes gallegos de entre 16 e 29 anos, 117.300 (35,5%) están ocupados, 53.700 (16,3%) son parados y 159.200 (48,2%) restantes son inactivos.Con lo que la primera conclusión es que un 64,5% de nuestros jóvenes ,con o sin formación ,están desempleados.Dato brutal para la generación mejor formada de nuestra historia .
La falta de oportunidades lleva a muchos jóvenes a intentar fuera de nuestra comunidad tener su primera oportunidad laboral y recordando que  las empresas quieren personal cada vez más cualificado y que  los titulados universitarios lideran la oferta de empleo en nuestro país, pues casi la mitad de las ofertas de trabajo publicadas requieren que los candidatos posean una carrera superior.
Por lo que la alta tasa de abandono escolar marcada por la polarización del mercado de trabajo, donde unos jóvenes abandonan sus estudios con escasa cualificación y otros, altamente cualificados, están subempleados, produce una enorme desazón en cualquier unidad familiar y sobre todo en nuestros jóvenes en particular. La necesidad de mejorar los niveles de autoempleo e iniciativa empresarial para conseguir una mejora de la empleabilidad debe ser el uno de los ejes en los que nos tenemos que centrar sin paliativos. Para ello debemos desarrollar programas formativos dirigidos a la obtención de certificados de profesionalidad y programas formativos con compromiso de contratación de los jóvenes y el fomento del emprendimiento y el autoempleo, canalizándolo en un portal único de empleo, acompañado de una vinculación formativa con incentivos a la contratación. Los jóvenes son nuestro relevo, nuestro futuro, y los estamos obviando y abandonando a su suerte. Es preciso que los jóvenes recuperen la confianza en su futuro, en el sistema y en el contexto que les rodea. Y eso no se producirá sin reformas tanto del sistema educativo como del mercado de trabajo(el contrato único es una buena solución ).
La desmotivación para estudiar debe ser subsanada con alternativas en las que la motivación y la autoestima les haga ver una salida a su futuro como personas, porque su desencanto con la actual situación económico-social está provocando la frustración de una generación entera que no encuentra su sitio social y profesionalmente.
Que estamos fallando en muchas variables es más que evidente, cuando miles de jóvenes sobradamente formados y cualificados deben hacer su maleta y buscar oportunidades laborales en otros países con el riesgo de que muchos de ellos se instalen permanentemente en sus sitios de destino, por lo que la pérdida en capital humano formado se complementa con un desarraigo familiar y local que nadie en absoluto desea. Pero que no predicamos con el ejemplo salta a la vista, en un país donde el fraude y la corrupción representan la segunda y tercera preocupación de los españoles después del paro y inundan día sí y día también los informativos en nuestro país .¿Son esos los valores y principios que pretendemos inculcar en nuestra juventud? 
 

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