Opinión

Valls, de izquierda a derecha

La entrada en el escenario político nacional del ex primer ministro francés, Manuel Valls, aspirante a alcalde de Barcelona, su ciudad natal, coincide con los vientos derechizantes que nos azotan. Una tendencia confirmada con el inesperado salto de Vox a posiciones decisivas en la orografía parlamentaria de Andalucía.
Y es justamente ese contexto el que empuja al candidato Valls a decir en la tele que la vieja plantilla derecha-izquierda ha quedado desbordada. Puede ser. Sin embargo, no se priva de declararse de izquierdas de toda la vida, al modo reformista de su maestro, Michel Rocard (la "segunda izquierda").
Un socialdemócrata inequívocamente alineado con el ideario liberal de Ciudadanos, cuya fuerza organizativa en Cataluña se ha puesto a su servicio de cara a la venidera competición electoral para la conquista del Ayuntamiento barcelonés.
Tal vez nos de la clave en una confesión pública donde reconoce sus dificultades para soportar una vida de partido, como antes de que el PSF (Socialistas franceses) entrase en fase terminal. Lo cual desvela la segunda gran contradicción del personaje. Si la primera fue declararse de izquierdas y al tiempo argumentar la derogación de la vieja frontera respecto a la derecha, la segunda sería abominar de la vida de partido y aceptar el arropamiento logístico y organizativo del partido de Rivera.
Se llama pragmatismo. Buen método en un país atacado por un triple virus. El de la desigualdad en lo económico-social, el de la desafección a las instituciones en lo político y el del choque de lo centrífugo contra lo centrípeto en lo territorial.
Manuel Valls se propone combatirlos con su fe ciega en Europa y la apelación al seny de los catalanes en una "democracia ejemplar como es la española". Según sus propias palabras la España monárquica "funciona como una república", mientras que una hipotética republica catalana estaría coronada por algún iluminado como Torra o Puigdemont.
Valls ha entrado en campaña. Su argumentario profundizará en el lema "Barcelona necesita volver a ser Barcelona". Y en justificar su retorno a Itaca, tal y como explica en su libro "Vuelvo a Casa". "Siempre viví muy conectado a Barcelona, y en los últimos años percibí una deriva muy preocupante de la ciudad", escribe, al tiempo que califica de "incongruente y volátil" la gestión de Ada Colau al frente de la Alcaldía.
Conocida es, por otra parte, su aversión a las delirantes propuestas del independentismo, al que acusa de haber utilizado la mentira como su mejor baza para crear mensajes dominantes que se han emitido a través de canales controlados a su antojo". Solo por eso, el abajo firmante es de los que desean mucha suerte a Manuel Valls en la incierta aventura política que acaba de iniciar en Cataluña.

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