Opinión

PSOE: Memoria reciente

En cierta ocasión, hace algo más de un año, el entonces secretario de Organización del PSOE, César Luena, afín a Pedro Sánchez (ahora a Patxi López, en pugna por el trono de Ferraz) descalificó al caído ex secretario general, Perez Rubalcaba, por entender que representa la "vieja política". Atrás quedaban las elecciones de diciembre de 2015 y Luena era uno de los que animaban a Pedro Sánchez a formar gobierno con quien hiciera falta.
Rubalcaba le dijo que en la nueva y la vieja política siempre mandará la matemática. Era ilusorio pretender gobernar con 90 diputados en un Parlamento de 350. Y menos si, como presunto motor de una coalición, primero te ofreces a uno (Ciudadanos) y luego a otro (Podemos), que fue el error de Sánchez, en vez de implicar a los dos al tiempo en el proyecto.
La nueva política se suponía representada en Sánchez (PSOE), Pablo M. Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos), pero sus adalides crearon todas las condiciones para la continuidad de Rajoy y del PP, que luego mejoraría sus resultados en las urnas del 26 de junio de 2016, mientras el nuevo PSOE mantenía su tendencia a la baja.
La matemática no engaña. La nueva política de Sánchez y Luena había perdido más de un millón y medio de votos respecto a la vieja política de Rubalcaba. Como a su vez este tampoco había acertado a enderezar el rumbo perdido en mayo de 2010 (cuando Zapatero tomó decisiones opuestas al sentir de sus votantes), Rubalcaba tuvo la decencia de dar un paso atrás después del batacazo en las elecciones europeas.
Así es. En mayo de 2014 Rubalcaca dimitió como secretario general del PSOE porque la derrota en las urnas europeas había superado las expectativas más negativas. Y así quedó abierto el camino al proceso de renovación interna que acabaría poniendo en el trono de Ferraz a Pedro Sánchez.
Por cierto, gracias al apoyo de Zapatero y Susana Díaz. En el camino se quedaron los otros dos aspirantes, Eduardo Madina y Pérez Tapias. O sea, que los valedores de Sánchez, entre los que no se encontraba Rubalcaba, fueron justamente, los mismos que hoy por hoy son motejados de "vieja política" por el sanchismo que compite en las primarias de mayo ¿No lo encuentran curioso y al tiempo significativo?
Sin embargo, erre que erre, Sánchez ha puesto en el centro de su discurso el desprecio al pasado, como incubador de esa denostada vieja política, no pocas veces asociada a la respetada figura histórica de Felipe González, de la que Susana Díaz sería su continuadora.
"Hagamos de las primarias un canto al futuro y no un ejercicio de nostalgia", dice Sánchez. Y por ahí a la simpleza de que el próximo 21 de mayo los militantes deberán elegir entre el PSOE del siglo XX o el PSOE del siglo XXI.

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