Opinión

El 'missatge' de Torra

Lo bueno de escribir en caliente es que no te engañas a ti mismo con piadosos tópicos de lo políticamente correcto. Sirva esta confesión de parte como envoltura del reproche sobrevenido al atento seguimiento del "missagte" del presidente de la Generalitat con motivo del año entrante.
Acabo de oírlo. Ha intentado presentarse ante sus `compatriotas` como si fuera el jefe de Estado de un país aplastado por la bota de un despiadado dictador en un régimen liberticida. Sin embargo, lo que se ha visto es un mal actor de reparto que llegó "colocado" a la grabación de TV-3.
Si en este punto alguien detecta en el reproche del columnista algo padecido a la falta de respeto al personaje, acierta de pleno. Mea culpa. No tengo excusa. Asumo las consecuencias de tratarle con el mismo respeto que él tiene a quienes no comulgan con sus ruedas de molino. Por otra parte, ¿cómo respetar a quien te toma por idiota? Y, sobre todo, ¿cómo aplicar plantillas racionales a quien vive abducido en el reino de las fantasías?
No es la primera vez, por supuesto, pero resulta especialmente irritante la exaltación de una farsa. Torra aprovecha el simbolismo del año nuevo para repiquetear el mantra de los `exiliados` y los `presos políticos` del fallido `procès`. "Su libertad será nuestra libertad", dijo el `molt honorable`. Y eso si es faltar el respeto a quienes en otro tiempo, en Cataluña y en el resto de España, pagaron la defensa de sus ideas con la vida, la persecución, el exilio, el destierro o la cárcel.
¿Qué sabrá Quim Torra de esa tragedia, aún no bien cerrada, que afectó a quienes realmente sufrieron por defender unas ideas? Catalanes ilustres como Carrasco i Formiguera (democristiano) o el propio Lluis Companys (ERC), que pagaron con su vida la defensa de unos ideales, se sonrojarían al oírle hablar de exilio y presos políticos en la España del siglo XXI.
Siguiendo el mensaje de fin de año de Torra, en el que animaba a culminar durante el año 2019 el ataque al orden constitucional, nadie hubiera dicho que estaba sonando con absoluta normalidad en el Estado opresor, injusto, neofranquista, confiscado por la extrema derecha y el fascismo, que se levanta ante los independentistas (el habló de todos los catalanes, claro) como el muro a derribar durante el año 2019.
Servidor lo ve de otro modo. El mensaje de Torra en defensa de la republica catalana, el derecho de autodeterminación, la exculpación de los procesados y la excarcelación de los presos, es un clamoroso desmentido a sus temerarias acusaciones. Su arenga del domingo por la noche es prueba viva, fehaciente, verificable, de su libérrimo derecho a defender sus ideas en un marco de legalidad. Incluso a calificar de represor al Estado español y de "presos políticos" a unos presuntos delincuentes.

Te puede interesar