Opinión

Chacón en la memoria

Cinco minutos después de la presentación en Madrid de Susana Díaz como pretendiente al trono de Ferraz, circuló por las redes sociales un ingenioso vídeo ideado por las factorías digitales del sanchismo en el que se ridiculizaba a las más conocidas figuras del PSOE unidas en la causa del susanismo ante el proceso de renovación interno (primarias de mayo, congreso federal de junio).
La caricatura audiovisual, con banda sonora de la música utilizada por el PSOE en las campañas electorales, presentaba a esas figuras participando en una wagneriana ceremonia de sumisión a Susana Díaz y a Mariano Rajoy. Aquella descendía coronada de los cielos y este sonreía con satisfacción. Entre los que participaban complacidos de la entronización de la dirigente andaluza (Felipe, Guerra, Rubalcaba, Zapatero...) estaba Carmen Chacón, la ex ministra de Defensa recientemente fallecida. Y es que quienes desde las posiciones de Pedro Sánchez se echaron unas risas con el dichoso vídeo creen que recordar ahora el inequívoco alineamiento de Chacón con la candidatura de Susana Díaz es reprochable. Entienden que no es sano hacer oportunismo de funeral. Pero el caso es que, aparte del sincero homenaje que propios y extraños han rendido a la dirigente fallecida, su figura queda en la memoria de los vivos también por las posiciones que adoptó, por muy contingentes o muy ocasionales que nos puedan parecer a unos y otros.
El posicionamiento de Chacón es compatible con su sincera apuesta por la unidad del partido, seriamente cuestionada en los últimos tiempos. De hecho el rasgo que todos han destacado de ella es que siempre subordinó sus intereses a los del partido y a los de España. Por eso, con motivo del fallecimiento de Chacón, se abrigó la esperanza de que los tres aspirantes a la secretaría general del PSOE se hicieran los encontradizos en la capilla ardiente y protagonizasen una foto que hubiera tenido un alto valor simbólico dentro de la familia socialista. Pero no fue posible. Sin embargo es verdad que, como en este país enterramos muy bien, una capilla ardiente da mucho juego. Y si son dos sucesivas, la del féretro en Madrid y la de las cenizas en Esplugas, pues con más razón. Asi que la despedida de Carme Chacón al menos nos ha servido para saber que el primer secretario del PSC, al que pertenecía la finada, ha roto su anunciada neutralidad para sumarse a la corriente mayoritaria de dirigentes identificados con la línea política de la comisión gestora y contrarios al manido "no es no" respecto a la investidura de Rajoy. Es decir, rechaza los dos vectores básicos del discurso sanchista y se coloca claramente del lado de quienes, como Carmen Chacón, creen que la única posibilidad de remontada socialista es la que puede liderar la actual presidenta de la Junta de Andalucia.

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